Motivo: Gracias. Destino: el Cielo

By Cristina <crisdccks@hotmail.com>

Rated: PG

Submitted: August 2003

Summary: A veces creemos que es demasiado tarde para decirle a las personas que queremmos lo que realmente sentimos. En esta historia, Lois se da cuenta de que nunca es demasiado tarde-ni demasiado pronto- para decirle a un amigo lo mucho que significa su amistad.

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A ver por donde empiezo. Lo primero, me gustarĦa dejar claro que lo que vais a leer no naci˘ como una historia de Lois y Clark. Hace algo m s de tres a¤os, escribĦ esta historia como un tributo a una amiga que se fue tras una larga batalla contra el c ncer. El a¤o pasado, en el tercer aniversario de su muerte, me pareci˘ que serĦa bonito compartir esto con vosotros en los MB, asĦ que, como a£n no existĦa un apartado para Original Fic, la adapt‚ para que fuese una historia vinculada a nuestra pareja favorita.

Tampoco entraba en mis planes enviarla al archivo, pero creo que es algo que debo hacer, ya que vosotros hab‚is recibido esta historia (en ambas versiones, espa¤ol e ingl‚s) de manera increĦble, honr ndome con un Alt-Kerth (que os agradezco de todo coraz˘n).

Con esto dicho, solo me queda dar las gracias a los FoLCS de los MBs por su apoyo y a todos los que votaron esta historia.

Finalmente, las advertencias de siempre: Lois y Clark son personajes que pertenecen a DC Comics y December 3rd productions.

MOTIVO: GRACIAS; DESTINO: EL CIELO (REASON: THANK YOU. DESTINATION: HEAVEN )

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Tumbada en su cama, con la mirada fija en el techo y el rumor de una intermitente lluvia como £nico ruido, pensaba en Esther, en sus enormes ganas de vivir y su imborrable sonrisa. Por en‚sima vez en los £ltimos tres a¤os, paseaban por su mente todas aquellas cosas que deseaba decirle y que esperaba que, desde donde estuviese, pudiera escuchar. Hasta ese momento, nunca habĦa comprendido a todos aquellos que, al perder a un ser querido, se arrepentĦan de no haber pasado m s tiempo con ‚l, de no haberle tenido m s en cuenta; en definitiva, entendĦa a quienes a¤os atr s habĦa tachado de cĦnicos y egoĦstas, que s˘lo buscaban apaciguar sus conciencias y recobrar su paz. Ahora ella se sentĦa marcada por la muerte de alguien a quien no habĦa visto m s de seis veces en los £ltimos dos a¤os de su vida. ­Que ironĦa!

Poco a poco empezaba a anochecer y el rumor de la lluvia, mucho m s uniforme ya, estaba teniendo sobre ella el efecto propio de una nana: sus ojos se iban cerrando y todas esas ideas que rondaban su mente comenzaban a confundirse con sus sue¤os. En un tiempo inapreciable, se encontr˘ frente a aquellos cabellos rizados y esa sonrisa tan llena de vida que tan bien recordaba. Las palabras tardaron escasos instantes en fluir con agilidad, mientras todas las cosas que ansiaba decirle se sucedĦan sin dejar lugar a titubeos, bajo la atenta mirada de Esther.

Se despert˘ sobresaltada. SabĦa que habĦa sido un sue¤o, pero por fin habĦa encontrado la forma de expresarse y no querĦa olvidarlo, asĦ que encendi˘ su ordenador y comenz˘ a escribir:

Querida Esther:

Hoy he vuelto a pensar en ti. Me cuesta creer que hayan pasado tantos a¤os desde que nos conocemos; toda una vida, sobre todo para ti. Desde peque¤as compartimos muchas cosas: barrio, amigas, colegio… y tambi‚n alguna que otra pelea, chiquilladas fruto de dos personalidades a veces tan parecidas, a veces tan encontradas (seguro que tu barbilla recuerda mis dientes tan bien como mi cara tus u¤as).

Me ha costado mucho hallar la forma de expresarte lo que siento. Ya sabes que nunca fui buena trasmitiendo mis sentimientos de palabra; por eso muchas veces opto por escribirlos, al fin y al cabo, gracias a ello me gano la vida, no debe d rseme tan mal, ¨no? Es posible que esto te sorprenda tanto como a mĦ, pero lo cierto es que has marcado mi vida m s de lo que habrĦa imaginado. S‚ que en los £ltimos a¤os nos habĦamos distanciado, al principio porque, al acabar el colegio, yo no me qued‚ en el instituto de la zona, como el resto de vosotras; luego por que lleg˘ la universidad; despu‚s, porque tu salud no lo hizo f cil. ¨Sabes que hay ciertos momentos que se quedan grabados en tu mente sin que sepas el porqu‚? En mi caso, uno de esos momentos fue el dĦa en que descubrĦ lo que realmente te pasaba. Llegu‚ a casa con ganas de contarle a Lucy el ridĦculo motivo que alguien habĦa inventado para justificar tu ausencia en clase: que estabas tomando unas medicinas que habĦan provocado que se te cayese el pelo. Pero ella no esboz˘ ni media sonrisa y con semblante serio me dijo que tenĦas c ncer. Me entr˘ esa sensaci˘n de vacĦo que llena el cuerpo al pensar en la muerte y pasaron por mi mente todas aquellas frases que siempre suenan tan tĦpicas y ridĦculas en boca de otros: que no era justo, que por qu‚ a ti…

Hay otros dos momentos de mi vida unidos a tu nombre. Uno es aquel dĦa que nos vimos por £ltima vez. Por aquel entonces, tu piel ya habĦa recuperado algo de su color anaranjado, habĦas ganado algunos de los quilos perdidos y tu pelo habĦa comenzado a crecer. Recuerdo que lo llevabas engominado, de punta y que, al verlo, Lucy dijo que te reĦas del mundo, que estabas en tu derecho despu‚s de los casi dos a¤os de sufrimiento que llevabas. Pero olvid bamos que quien rĦe el £ltimo rĦe mejor. Y esta vez, el mundo ri˘ el £ltimo. Los m‚dicos decĦan que tus ganas de vivir te habĦan hecho curarte, pero dĦas despu‚s de que los resultados lo confirmasen, ingresabas en el hospital. En un principio, no le di importancia, creĦ que no tardarĦas en salir pero, a medida que pasaban los dĦas, tus pulmones empeoraban. AsĦ lleg˘ mi tercer momento. Aquel dĦa, a pesar de que suponĦa el principio de las vacaciones de Navidad, me sentĦa baja de nimo. Llegu‚ a casa con la intenci˘n de colocar la compra y unos papeles que tenĦa por medio, pero Lucy me estaba esperando allĦ, con gesto serio, y me pidi˘ que me sentase en el sof . Tuve que preguntar varias veces qu‚ pasaba hasta que por fin dijo: "Es Esther". Y aunque ya sabĦa la respuesta, pregunt‚ reacia a creer si habĦas… Me costaba asimilar que la persona con m s ganas de vivir que jam s he conocido ya no estuviese…

Hoy hace tres de aquello y, aunque te cueste creerlo, me he acordado de ti casi a diario y he intentado encontrar la manera de decirte algo tan simple como GRACIAS. Gracias porque por ti he aprendido a valorar cada instante, a aprovechar cada oportunidad, por remota que parezca, a apreciar la salud y todo lo que tengo y la vida me da. Ahora s‚ que la muerte no se detiene ante nada ni nadie y que perder el tiempo mientras estamos en esta tierra es una injusticia para los que se fueron. Quiero pedirte que hagas que te tenga presente cuando parezca olvidar todo esto y decirte que pienso tenerte en mi memoria mientras viva. Espero que te llegue mi mensaje y que alg£n dĦa, en alg£n lugar, nos volvamos a encontrar.

Con todo mi cari¤o,

Lois

Estaba a£n releyendo la carta, cuando son˘ el tel‚fono. Al principio titubeo antes de cogerlo, pero finalmente contest˘. " ¨Diga?"

***

SabĦa que hoy era un dĦa especialmente duro para Lois, m s de lo que ella jam s se atreverĦa a admitir. Quiz por eso no se habĦa atrevido a preguntarle qu‚ tal se encontraba, a hacerla a hablar. Era perfectamente consciente de lo mucho que a Lois le costaba expresar sus emociones, pero eso no habĦa evitado que se preocupase por ella. ¨C˘mo podĦa no hacerlo? No lo podĦa evitar; ella era demasiado importante para ‚l. Por eso, a£n tentado su suerte y corriendo el riesgo de hacer que se enfadase, no pudo evitar descolgar el tel‚fono y dejar que sus dedos marcasen su n£mero.

***

Lo que encontr˘ al otro lado de la lĦnea fue la c lida voz de su compa¤ero. Y lo cierto es que, tras algo m s de un a¤o trabajando a su lado, no podĦa decir que le sorprendiese. Siempre parecĦa saber cuando necesitaba su consuelo y su apoyo; por eso era Clark tan especial para ella; por eso no podĦa correr el riesgo de que le pasase algo a ‚l tambi‚n alg£n dĦa y no haberle dicho lo mucho que le apreciaba.

"Hola Lois. ¨C˘mo est s?"

En la voz de su compa¤ero se notaba una cierta inseguridad, timidez. <<Clark. Siempre tan prudente. >> Con la voz firme, le contest˘. "Estoy bien, Clark. Gracias por preocuparte."

"Entonces te dejo dormir; es tarde. S˘lo querĦa asegurarme de que estabas bien. Nos vemos ma¤ana."

"Espera, Clark." No iba a cometer el mismo error otra vez; no podĦan quedar cosas por decir; no podĦa suponer que siempre quedarĦa ma¤ana.

Sorprendido por su reacci˘n, dijo: "¨SĦ, Lois?

"Muchas gracias. Por ser mi amigo, mi mejor amigo; por estar a mi lado siempre que te necesito; por confiar en mĦ y haberme demostrado que puedo confiar en ti."

" No hay de que, Lois. No hay de qu‚. Buenas noches. Descansa."

"Buenas noches, Clark."

Una vez hubo colgado el tel‚fono, sinti‚ndose excepcionalmente bien dadas las circunstancias, centr˘ su atenci˘n de nuevo en el ordenador. Imprimi˘ la carta y, tras doblarla cuidadosamente, la guardo en un sobre en el que con letra clara escribi˘:

Para Esther

Motivo: Gracias; Destino: el cielo