Tú a Smallville y yo a Metrópolis (The Parent Trap)

Por José Antonio Chamorro danlx86@yahoo.es

PG-13 Enviada:

Summary: En esta historia que transcurre en un mundo alternativo, las vidas de Lois y Clark son sacudidas por las consecuencias de un encuentro previo en la adolescencia. Spanish translatation of "The Parent Trap."

Me encanta la peli de Disney, -Tú a Boston y yo a California-. Sí, esa con Halley Mills, Maureen O'Hara y Brian Kerth. Pensé en adaptarla a una historia con Lois y Clark. El problema era como tener hijas adolescentes no muy lejos en el futuro. O sea, que coloqué la historia en un periodo equivalente a la cuarta/quinta temporada. La historia trata de una irresponsabilidad de L&C en su juventud. Lois tenía 15 y Clark 17. Más 15, 30 y 32. Aunque la escena no está en la historia, los personajes hablan acerca de ello ya que es parte de la trama. Esa es la razón de que la historia sea PG-13. Aparte de eso, no hay un villano (bueno, únicamente una estrella invitada), y Superman no existe… todavía.

Esta es la traducción de la historia -The Parent Trap-, que colgué de la MB y podéis encontrar en el archivo. Gracias a todos los que leísteis la historia y la comentasteis, especialmente porque sufristeis la parte que no había sido previamente revisada. Gracias a Julie que sugirió un cambio de nombres para las chicas. La historia no habría sido la misma tampoco en inglés gracias al trabajo de Copea y de Jeanne que la editó para el archivo.

La versión en castellano no hubiera sido posible sin la ayuda de Mary T. y de Cristina que me ayudaron con la traducción y que la historia esté en un español lo más estándar posible. Eso sí, he utilizado las expresiones que Lois y Clark utilizan en la versión emitida en España.

Superman, Lois, Clark y la mayoría de los personajes pertenecen a DC y Warner BROS. Yo sólo los he cogido para divertirme un poco.

<… > Significa pensamientos / telepatía MAYÚSCULA significa énfasis.

Lara salió del taxi, miró enfrente de ella y vio la entrada principal del campamento. -Campamento Lago Tahoe- leyó. <¿Por qué estoy aquí? Yo no quería venir > pensó Lara.

-Conocerás gente interesante,- había dicho su padre. Le echaba de menos, pero en estos momentos, él estaba millas lejos de allí. Quitando a su padre de la mente, Lara caminó a través de la entrada, hacia el interior del campamento.

***

Lara se dirigió con sus compañeras de cabaña al lago. Había bastante gente. Sally, Jenny y ella estaban sentadas en el muelle cuando un bote se acercó a ellas. Lara contempló a las tres chicas que había en la barca, pero sus ojos se fijaron en una de ellas. Era pelirroja, su cabello resaltaba aún más que el suyo porque lo llevaba realmente largo, además llevaba gafas que tapaban ligeramente el rostro pero no lo ocultaban. Lara pensó que la conocía.

-¿Te conozco?- Preguntó Lara.

-¿A mí?- La chica respondió un poco sorprendida.

-Sí.-

-No lo creo. ¿Cómo te llamas?- Inquirió la chica.

-Lara.-

-¿De dónde eres?-

-Smallville, Kansas,- Lara dijo.

-¿De dónde? Ahora estoy segura de que no nos hemos conocido antes. Yo soy de Metrópolis,- la chica replicó.

-¡Oh!- Lara exclamó.

-¿Cómo demonios esperas que conozca a una persona que vive en un pueblucho perdido?- La chica le dijo a Lara.

Las tres chicas se bajaron del bote y dejaron a Lara y a sus compañeras.

-La gente de Metrópolis debe pensar que son el centro del mundo,- Sally comentó enfadada.

***

El comedor estaba abarrotado.

-No veo ningún sitio libre,- comentó Jenny.

-Yo sí veo algunos,- Lara replicó estirando el cuello.

Se dirigieron hacia la mesa en donde estaban sentadas otras tres chicas. Lara y sus amigas se sorprendieron cuando las reconocieron.

-Tú otra vez,- dijo la chica de Metrópolis.

-Por supuesto. Tenemos que comer,- Lara comentó según se sentaba.

-El sitio no está libre,- replicó la otra.

-No veo a nadie,- Lara dijo, ya un poco harta de la otra chica, que pareció sorprendida por la réplica.

-Bueno,- la chica comentó. -Ahora verás,- dijo, cogiendo un trozo de tarta que había sobre la mesa y lanzándolo a la cara de Lara.

-Buen argumento,- Lara le dijo. -Mi turno,- al tiempo que replicaba con su tarta. Había comenzado la guerra de comida.

***

-Increíble,- dijo la directora. -Y dos hermanas.-

-¿Qué?- Lara y la que, probablemente, iba a ser su compañera de castigo gritaron al mismo tiempo atónitas señalándose la una a la otra. -¡Ella no es mi hermana!-

La directora miró cuidadosamente a ambas y les dijo, -Pues realmente os parecéis. Vamos a ver.- La mujer abrió el archivo y lo leyó. -Ellen Lane y Lara Kent. Es verdad, no sois hermanas, muy extraño.- La directora se quedó un poco pensativa. -Bueno, el castigo. A partir de ahora se tendrán que llevar bien porque, señoritas, pasarán el resto del campamento juntas en la cabina de aislamiento,- añadió la directora con una sonrisa que a las chicas les pareció ligeramente maligna. **

Ellie y Lara sacaban la ropa de sus maletas. La directora no podía haber pensado un castigo mejor. No, no iba a ser un castigo. Se convertiría en un suplicio. <Si no quieres caldo, toma dos tazas> pensó Lara, según terminaba de colocar la ropa y se sentó sobre la cama, mientras observaba como su nueva compañera de habitación hacía lo mismo que ella. Ellie sacó de la maleta una última cosa. Era una fotografía de una mujer relativamente joven. <Su madre > pensó Lara. Su curiosidad dio lo mejor de sí, y la muchacha bajó las gafas para poder usar su visión telescópica para examinar a la mujer. Lo que sus ojos le mostraban no era precisamente lo que ella estaba esperando, y no podía creer su sorpresa. ¿La engañaban sus ojos? Lara se levantó de repente, y, ante la curiosa mirada de Ellie, se acercó a la foto y la aproximó a su cara para poder examinarla con más cuidado. Sí, sin duda alguna, era ella.

-¿La reconoces?- Dijo Ellie, no muy sorprendida de que alguien reconociera a la mujer. -Ella es…-

-… mi madre,- Lara completó la frase entre lágrimas.

Las palabras de Lara no eran las que Ellie esperaba. Se quedó ensimismada en aquel mismo punto. No se fijó en que Lara se había ido. Ellie sentía como se enfadaba por momentos. <Mamá me ha mentido. Todas esas veces que parecía que echaba de menos algo. Tengo una hermana gemela. >

***

-Lara,- llamó Ellie al salir de la cabaña para buscar a su hermana. No tuvo que andar mucho porque la encontró sentada en una pequeña roca.

-Entremos en la cabaña. Podremos hablar mejor allí,- Ellie dijo a Lara.

-Si,- contestó Lara. Por primera vez, Ellie estudió a su hermana. Como ella, usaba gafas. A través de ellas pudo contemplar los preciosos ojos, ahora rojizos de llorar. Eran muy similares a los suyos. El color del iris podría decirse que era el mismo pero el tono que tenia el pigmento coloreado que rodeaba a la pupila de Lara era un poco más oscuro. Otra cosa distrajo la atención de Ellie. El pelo. El color era el mismo, pero el estilo era distinto. Lara lo llevaba cortado hasta los hombros, muy parecido a como lo llevaba su madre habitualmente. Ellie se fijó en un pequeño objeto amarillo que llamaba la atención entre el pelo. El pendiente de una de las orejas se había enredado en el pelo de Lara. Siguió la forma del pequeño adorno con la mirada hasta el punto donde se unía al lóbulo de la oreja. <¿Agujeros? > Mientras Ellie examinaba a su hermana, ambas habían entrado en la que sería su vivienda durante las próximas semanas. Se sentaron en la cama de Lara.

-Así que somos hermanas,- empezó Ellie, rompiendo el hielo. — Pero no entiendo como puedes haberla reconocido,- dijo Ellie señalando la foto. -No pregunto nunca a mamá acerca de papá porque no le gusta. Se siente incómoda con ello y siempre trata de evadir la pregunta. Cuando era pequeña me daba igual, pero últimamente tenía curiosidad. Un día busqué al menos una foto. Nada. ¿Tienes tú una foto de mamá?- Preguntó.

-No, pero papá es relativamente bueno dibujando, y tiene una memoria fotográfica. Dibujó un retrato de ella. En él es más joven,- respondió Lara.

-Tal vez lo dibujó cuando se conocieron,- añadió Ellie.

-Sí. También tengo otra evidencia. Mejor, incluso.- Lara soltó un pequeño suspiro antes de empezar a explicar. -Antes hay algo…-

<Supongo que buscaste la foto a supervelocidad. >

-Hey, ¿cómo has hecho eso? No has movido la boca,- exclamó Ellie sorprendida.

<Telepatía. Inténtalo. >

<Increíble. No sabía que podía hacerlo. >

<Únicamente conmigo y con papá. >

-Buf, creo que será mejor volver a hablar antes de que me entre un dolor de cabeza. Es bastante cansado. Creo que la telepatía y otras cosas tendrán alguna explicación racional,- comentó Ellie, añadiendo, un poco insegura de haber dejado escapar su pequeño secreto, -Supongo que tienes unas habilidades un poco especiales, ¿no?-

-Sí,- Lara afirmó para tranquilizar a su hermana. -En mi opinión la telepatía y la inteligencia no tienen nada de especial. Antes de ser invulnerable y de que los demás poderes aparecieran, ya era realmente inteligente y podía hablar con papá telepáticamente,- Lara miró a Ellie. -Supongo que eres invulnerable, y capaz de hacer otras cosas,- añadió Lara.

-Sí. ¿Por qué crees que tengo estos pelos? ¿No hay tijeras que puedan cortarlos? ¿Cómo…- Preguntó Ellie.

-Más tarde,- dijo Lara, pidiendo calma con las manos a su hermana e intentando ordenar sus ideas.

-Primero, somos medio kriptonianas. Eso quiere decir que mamá es de la Tierra y papá es de Kripton. Porque mamá no tiene poderes, ¿no?- Lara observó a su gemela negar con la cabeza y continuó, -Kripton explotó hace algunos años y nuestros abuelos, Jor-El y Lara, enviaron a su hijo Kal-El a la Tierra como un bebé. Los Kent encontraron la nave en la que estaba y le llamaron Clark. La abuela Martha y el abuelo Jonathan lo criaron como si fuera hijo suyo. Pero Kripton parece ser que tenía un Sol rojo. Aquí, como ves, el Sol es amarillo, así que papá y nosotras tenemos poderes que provienen de él,- Lara explicó.

-¿Qué tiene ésto que ver con mamá?- Inquirió curiosa Ellie.

-Verás, no sabíamos nada de esto hasta hace unos años, cuando se activó el globo,- explicó Lara. -El globo era el ordenador de la nave y aquel día Jor-El nos contó toda la historia,- le dijo Lara a su hermana.

-O sea, que el globo es más o menos un álbum de fotos,- comentó Ellie.

-Sí… pero un poco mejorado,- añadió Lara.

-Oh.-

-Me explicaré. Tiempo atrás, yo andaba un poco deprimida. Estaba teniendo la primera menstruación y echaba de menos a mamá. Sabes, una mujer con la que puedas hablar. No me malinterpretes, la abuela es genial, y la quiero, pero no es una madre. MI madre,- Lara dijo. -Vi el globo y lo toqué. De repente la vi. Era muy joven. Era el día que papá y ella se conocieron. Su primer beso. Cómo ellos… bueno ya te lo imaginas,- añadió Lara tímidamente.

-¡Viste eso!- Exclamó Ellie, roja como un tomate.

-No. De algún modo el globo percibió mis sentimientos. Ver a mis padres haciendo el amor no era precisamente lo que más me apetecía ver y la imagen cambió al día que se enteró de que estaba embarazada. Mi… nuestro nacimiento. Sus lágrimas el día que me entregó a los Servicios Sociales. Y finalmente, uno de los días más importantes de su vida: su primer premio,- explicó Lara.

-Me acuerdo de eso,- comentó Ellie.

-En ese momento vi su nombre: Lois Lane,- dijo Lara. Se quedó mirando fijamente a su hermana y le dijo, -ahora me doy cuenta de algo importante.-

-¿Qué?-

-No te vi. El globo no mostró una escena con las dos juntas,- finalizó Lara.

***

El día era magnífico. Ellie y Lara paseaban solas por el bosque que había cerca de la cabaña. -¿Sabes que me gustaría? Me gustaría conocer a papá,- dijo Ellie, recordando la foto de su padre que Lara le había mostrado.

-A mí me gustaría conocer a mamá. ¿Cómo podemos hacerlo?- Preguntó Lara.

Ellie se quedó pensativa unos segundos y de repente exclamó, — ¡un intercambio! Podemos intercambiarnos.-

-Es una buena idea. Pero hay un problema. Puedo cortarte el pelo con la visión termal. En cambio, los agujeros de las orejas son otra historia,- explicó Lara.

-¿Por qué?- Pregunto Ellie, quien de repente sentía una extraña sensación.

-Papá pensó que para evitar futuras discusiones y problemas sería mejor hacerme los agujeros cuando era un bebé y la piel era todavía vulnerable,- aclaró Lara.

-Oh.- Suspiró Ellie. Definitivamente no se sentía bien. Sin poder hacer nada se derrumbó en el suelo.

-¡Ellie!- Gritó Lara, asustada por el desvanecimiento de su hermana. Sabía que sólo había una sustancia que pudiera debilitarlas de tal manera. Habían penetrado demasiado en el bosque. Aunque pareciera irónico, era mejor que estuvieran solas. Eso evitaría preguntas innecesarias. -¿Podría estar esa maldita sustancia por aquí cerca?-

***

Ellie comenzó a despertar. Había tenido un sueño un poco extraño. En él tenía una hermana gemela. Se levantó ligeramente y observó a Lara. No, no había sido un sueño. -¿Dónde estoy?- Preguntó.

-Shhh,- Lara le dijo a su hermana. -Estamos en la cabaña. Te desmayaste.-

-¿Por qué? No recuerdo la última vez que estuve enferma. Pero me he sentido cansada y empezaba a doler. Era horrible,- explicó Ellie.

-Kriptonita. Creemos que es una parte de Kripton. Su radiación es veneno para nosotros. Espero que nadie la encuentre antes de que podamos hacernos con ella,- dijo Lara.

-¿A ti no te ha afectado?,- repuso Ellie.

-No estaba cerca. Apenas la pude sentir. Pero tú era la primera vez que te exponías a ella. Obviamente es la peor. Te da bastante fuerte. Estarás sin poderes uno o dos días,- aclaró Lara.

-¡Tú también has estado expuesta!- Exclamó Ellie.

-Sí. Papá y yo nos exponemos a ella regularmente. Como una vacuna. Y funciona. Lo que pasó antes es una prueba de ello. De todas formas, ¿cuándo te hago los agujeros en las orejas?- Preguntó divertida Lara, ya menos preocupada por su hermana y contenta porque podría seguir adelante con su plan.

***

Lara estaba un poco impresionada por la terminal del aeropuerto de Metrópolis. Había estado en algunos aeropuertos en los viajes con su padre, pero ninguno como éste. Era gigantesco. Quieta en la terminal, buscaba a su madre. No estaba muy segura de reconocerla, aunque había visto la foto. Ellie y ella se habían pasado todo el campamento entrenándose mutuamente. No podía cometer un error. Y su nueva imagen era, ciertamente, un problema. Habían pensado una excusa para su madre, pero no estaban muy seguras de que fuera a funcionar. De todas formas, como Julio César había dicho una vez, -alea jacta est.- La mirada de Lara encontró una pequeña figura que parecía buscar a alguien. La reconoció. Lois Lane. Mamá.

-¡Mamá!- Gritó Lara, según corría hacia Lois.

-¿Ellie?- Una sorprendida Lois exclamó, medio preguntando, medio respondiendo. No había reconocido a su hija. Sin duda, Lois no esperaba que hubiera cambiado de imagen en el campamento.

-Sí, mamá. Te he echado de menos,- dijo Lara abrazando a Lois, un poco sorprendida de la muestra de cariño de su hija. En medio del abrazo, Lara trataba de contener las ganas de llorar. De momento, su madre no sabría exactamente lo que significaban esas palabras.

-¿Cómo…?- Lois preguntó al oído de Lara mientras estaban abrazadas.

-Luego te lo explico,- replicó Lara. Ahora sólo quería sentir el amor de su madre que sentía con el abrazo.

Lois rompió el abrazo, y tomando la mano de Lara dijo, -Vamos a recoger el equipaje y nos iremos a casa.-

***

Lois y Lara llegaron al piso. Lara sabía que, pese a que durante el trayecto hasta la casa no volvió a decir nada acerca del cambio de imagen, su madre se moría de ganas de interrogarla. No en vano, no era la mejor periodista de investigación de la ciudad por nada. Lara observó cómo su madre la miraba curiosa.

-Bien, ¿cómo…- comenzó Lois. Para ella, había algo extraño. Empezando por el cambio de imagen, o el abrazo en el aeropuerto. Además, durante el trayecto, Ellie había estado un poco reacia a la hora de hablar.

-Una noche me acosté con el pelo largo y cuando desperté, tenía este pelo. Del cual no me estoy quejando, por cierto. Me queda bien, ¿verdad?- Lara preguntó para quitar un poco de tensión.

-Sí. Te hace parecer diferente.-

La frase de Lois hizo acelerar el pulso cardiaco de Lara. — Además, esa mañana, me pellizqué y ¡dolía! No estaba segura de tener otra oportunidad como esa y decidí hacerme los agujeros,- siguió Lara explicando mientras movía el pelo para enseñarle a su madre los pendientes. -Son de una amiga. La que me cortó el pelo. Se sentía un poco culpable y me los regaló,- terminó de explicar.

-Hum, demasiado bien explicado,- dijo Lois sonriendo. No se creía del todo la explicación pero no tenía otra mejor.

-Sabía que sospecharías. He estado ordenando lo que pasó en mi cabeza desde que despegué del aeropuerto. Por cierto, antes de que te preocupes, sólo estuve un par de días sin las habilidades. No sé por qué desaparecieron,- mintió Lara finalmente. <Ha estado cerca. Aunque no se pueda decir que haya mentido: Ellie estuvo dos días sin poderes… >

-Raro, muy raro. Es la primera vez que te pasa. Parece que tienes algunas historias interesantes. Tendrás que contarme algo acerca de esta amiga tuya… ¿Cómo se llama?- La curiosidad de Lois no tenía límites.

-Lara,- contestó la propia Lara. Sabía que su nombre no era muy frecuente. -Vive en Kansas City,- Lara soltó la frase inocentemente. Observó la reacción de su madre. Ésta hizo un pequeño gesto apenas perceptible. Ella sabía algo más de lo que dejaba entrever. Lara continuó, evitando más preguntas, por hoy: -Estoy un poco cansada. Me gustaría ir a la cama. Pero tengo mucho hambre. ¿Qué hay para cenar?-

-Puedo pedir una pizza. ¿Te parece bien?- Preguntó Lois, que sonreía mientras deseaba que Ellie no hubiera notado su reacción al nombre y a la ciudad de residencia de su amiga.

***

Ellie observó a su padre. Como era de esperar, la había ido a recoger al aeropuerto de Kansas. Eso sí, Ellie hubiera preferido que su padre la llevara volando. Lara le contó lo fantástico que era volar con él, al menos hasta que fueran capaces de hacerlo por sí mismas. En lugar de eso, Clark conducía la furgoneta hacia Smallville. Los pensamientos de Ellie se tornaron hacia su madre <¿Cómo pudo olvidarlo? ¿O no lo ha hecho? > No era que su madre se fijara sólo en el exterior. Era lo suficientemente adulta para ser consciente de que Lois había tenido un par de malas experiencias con los hombres. Lo que no podía asegurar era si contaba a Clark entre ellas. Lo primero de lo que se dio cuenta Ellie al reconocer a Clark en el aeropuerto fue que la foto no le hacía justicia. Era más guapo aún en persona. <¿Qué ocurriría si se vieran de nuevo…? >

-¿Qué piensas?- Preguntó Clark sin desviar la mirada de la carretera.

-¿Eh?- Dijo Ellie un poco despistada. -Nada importante. Sólo recordaba el campamento.-

-Parece que finalmente lo pasaste bien, ¿no?-

-Sí, tenías razón. Conocí gente interesante,- contestó Ellie.

-¿Cómo quién?-

-Una chica de Metrópolis. Se llama Ellie,- explicó Ellie.

-De Metrópolis, eh…- Clark dijo un poco pensativo. Esto podría ser de ayuda. -Lara, cariño. Tengo algo que decirte.-

-Sí, papá.- Por el tono serio que había tomado la conversación, Ellie esperaba algo importante.

-He estado pensando algo y me gustaría conocer tu opinión,- comenzó Clark. -¿Te gustaría venir a Metrópolis la semana que viene conmigo? Querría intentar conseguir un trabajo en el Daily Planet. Puedes encontrarte con tu amiga de Metrópolis.-

<¿Qué? > — Eh…- Ellie se quedó sin palabras. <Esto va a ser un lío. > -Bueno… no sé,- <Espera un minuto. Si nos mudamos a Metrópolis, Lara y yo podremos estar juntas. > -¿Me mudaría contigo?- Preguntó Ellie.

-Sólo si quieres. Si no, te puedes quedar aquí con los abuelos,- respondió Clark preocupado. Sin duda prefería que se mudara con él, pero tampoco quería presionarla.

-Déjame pensarlo.-

-De acuerdo,- replicó Clark.

***

Después de la cena, Ellie y su abuela estaban solas en la cocina. Clark y Jonathan habían salido. Ellie estaba realmente preocupada. Debía tener cuidado. De otra forma su abuela podría sospechar. Martha y Jonathan Kent eran diferentes a sus otros abuelos. Llevaba unas pocas horas aquí y ya sentía la especial relación que había entre ellos y Clark. Totalmente distinta de la que tenían Sam y Ellen Lane con su madre. <Para ser justos, tampoco se puede decir que haya relación, aparte de algunas llamadas esporádicas y visitas no muy frecuentes. > Ellie pensó.

-Supongo que te ha preguntado acerca de mudaros a Metrópolis,- comenzó a hablar Martha para sacar de sus cavilaciones a su nieta. Había estado observando a la niña desde que entró por la puerta. Al principio, pensó que sería porque Clark le había contado sus planes para el futuro. Pero no era eso. Las reacciones al verlos, la sensación de incomodidad que fluía de ella al ser abrazada, como si no estuviera acostumbrada. Sí, sentía algo diferente en su nieta. Parecía un poco desconfiada.

-Sí.-

-¿Y que te parece?- Preguntó Martha. No esperaba que Lara estuviera tan vacilante a confiar en ella acerca de un tema tan importante.

-No lo sé. Es complicado.- Ellie trataba de evitar la conversación. No miraba directamente a la señora que tenía delante. Sabía que si la miraba a los ojos no sería capaz de mentirle. De todas formas se estaba metiendo en un territorio peligroso. No estaba preparada para esto. Ninguna de las dos había previsto una situación tan delicada. Y no estaba muy segura de lo que haría la verdadera Lara en su lugar.

-Confías en mí menos de lo habitual. Y has estado comportándote de una manera extraña desde que llegaste. Como fuera de sitio,- dijo su abuela. -Te comportas como si fueras otra persona.-

-¡Oh!- Soltó Ellie sin querer, sintiéndose descubierta. -Eh…- comenzó, intentando pensar a toda velocidad algo, pero no pudo. La voz de Martha sonó de nuevo.

-Tu reacción confirma mis sospechas. ¿Quién eres tú y dónde está mi nieta?- Martha Kent pregunto enfadada.

Ellie indicó a su abuela con las manos que bajara la voz. No tenía ganas de que su padre se enterara. -Tranquila. Me explicaré, pero no grites. Para empezar, tu nieta está aquí. Yo soy tu nieta. Pero creo que te refieres a la otra. Ella, Lara, está en Metrópolis con mamá,- replicó Ellie, observando la atónita cara de la abuela.

-¿Y tú eres…?-

-Ellie.-

-Bien. Ellie. Entonces Lara está con Louise en Metrópolis,- comentó Martha Kent mirando a su recién descubierta nieta.

-¿Louise? No. El nombre de mamá es Lois. Lois Lane.- corrigió la niña.

-Lois Lane. ¿La periodista del Daily Planet?- Preguntó Martha.

-Sí. Lara lo sabía.-

-¿Lo sabía? ¿Pero cómo…?- La señora Kent preguntó incrédula.

-El globo. Me dijo que la había visto en él,- aclaró Ellie. — Abuela, no le digas nada de esto a papá. Si se entera, estaré en Metrópolis antes de que me quiera dar cuenta. Lara y yo trataremos de arreglar este lío.- Se acercó a su abuela y la besó en la mejilla.

-Oh, cariño,- comenzó Martha.- Por mí, tu padre no se enterará, eso te lo prometo. Pero tienes que tranquilizarte un poco, si no, notará que algo no está bien. Ahora creo que es hora de que te acuestes. Es tarde y estarás cansada. Hay tiempo de hablar antes de que viajéis a Metrópolis.-

Ellie escuchó tranquila las palabras de su abuela y, como si le hubieran quitado un peso de encima, subió las escaleras y se dirigió a su habitación. Su abuela tenía razón. Estaba muy cansada.

***

Jueves

Los días en Smallville transcurrieron realmente rápido. Y ahora estaba de nuevo en Metrópolis. Ella y su padre habían encontrado una habitación doble en el Apollo Hotel. Pensaron que sería mejor que no estuviera sola en una habitación. Nunca hubiera imaginado que aquel cuchitril pudiera tener habitaciones dobles. Podrían haber ido a un lugar mejor. No era que Clark fuera un tacaño, pero suponía que habría algo mejor en Metrópolis que no costase un ojo de la cara. Una cama mejor tampoco la habría ayudado a dormir. Estaba pensando cómo evitar a la gente del Planet. Eso era fácil. Siempre que no se cruzase con su madre. También tenía que encontrarse con Lara.

Después de desayunar se fueron al Planet. Convenció a Clark de que tenía que llamar a Lara. Ellie decidió llamar a Lara mientras Clark hablaba con Perry. Ellie marcó el número de su casa.

-Lara, responde al teléfono,- dijo impaciente, al oír que el teléfono sonaba pero no lo cogía nadie. Al final lo descolgó quien no debía.

-¿Diga?, Lois Lane,- la voz contestó. La voz de Ellie desapareció. Su madre reconocería su voz. Mala suerte. Todavía estaba en casa.

-¿Hay alguien ahí?- Insistió Lois. Ellie colgó el teléfono. ¡Maldita sea! Al menos no estaba en el Planet. Ellie sintió una presencia a su lado. Su padre había vuelto de la entrevista.

-¿Pudiste hablar con tu amiga?- Preguntó.

-No. No había nadie en casa,- Ellie mintió. -¿Qué tal la entrevista?-

-No muy bien. Al Sr. White no le gustó nada mi currículum,- explicó Clark, -pero estaba diciendo algo acerca de un artículo que tenía que escribir Lois Lane. Parece que no había llegado aún a la redacción. Tal vez si escribo la historia antes que ella, tendré una opción. Vamos,- dijo Clark a su hija.

Ellie imaginó la escena. Estaba segura de que Perry no estaba hablando sino gritando a la redacción dónde demonios se había metido Lois. Lo que no quería pensar era que papá se adelantase a mamá. <Si lo consigues, tienes el trabajo. Pero verás porqué la gente llama a mamá Perra Rabiosa Lane.> Pensó Ellie tratando de evitar que su padre se fijara en el escalofrío de miedo que ese pensamiento producía en ella.

***

-Perry me va a matar,- dijo Lois corriendo por su apartamento hacia la puerta. Riing, riing. Lois oyó el teléfono. -Alguien llamando. Maldito teléfono… ¡No tengo tiempo!-

-¿Diga? Lois Lane.- Nadie respondió. -¿Hay alguien ahí?- Escuchó el sonido del auricular al ser colgado. -Número equivocado. Ellie, me marcho.- Lois abrió la puerta. Allí estaba Billy. -Hola Billy, entra, Ellie anda por ahí.-

-Hola señorita Lane,- el chico respondió. Entró en el apartamento y cerró la puerta. -Hola Ellie, soy Billy.-

Lara se acercó al hall. Observó al chico que allí se encontraba. Aparentaba aproximadamente la misma edad que ella. Lara, de todas formas, sabía exactamente la edad que tenía el mejor amigo de su hermana. Lo que no le quedó muy claro era que nivel de profundidad tenía la relación. Billy tenía pelo oscuro y ojos marrones. Era tan alto como ella. Sus miradas se cruzaron. Sintió como si un rayo hiciera blanco en ella. Sus latidos se aceleraron y ella escuchó los suyos hacer lo mismo. <¿Por qué estoy tan nerviosa? ¿No he visto a un chico antes? Pero es atractivo. Muuy atractivo. ¿Por qué pienso eso? No he sentido nunca eso por un chico. Me estoy enamorando de él. Imposible. Le he visto veinte segundos. Tendré que hablar o va a sospechar algo. >

-Eh… Hola, Billy,- dijo Lara tímidamente. No se sentía a gusto.

-Hola…- Billy trató de decir su nombre. No pudo. La había visto un montón de veces y nunca había sentido esto por ella. Ella era su mejor amiga. Observó a la chica enfrente de él. Parecía diferente. Se había cortado el pelo. Su precioso pelo rojo le llegaba hasta los hombros. Podía ver sus encantadores ojos verdes bajo las gafas que llevaba puestas. Billy notó los pendientes que colgaban de los lóbulos de sus orejas. <Espera un minuto. Me estoy enamorando de ella por su nueva imagen. Sí. Parece diferente. ¿Significa eso que siente algo por ti? ¿Es esa la razón para su cambio? ¿Cómo se ha hecho los agujeros? No, eso no es posible. Además, nunca había visto esa mirada en sus ojos. Me habría dado cuenta de esa mirada. Atónita, pasmada y más. Cómo hipnotizada por algo, o… ¿por alguien? ¿Estoy yo mirándola de esa forma? Dios mío, me estoy enamorando de ella. Pero es muy guapa. No me había percatado de eso hasta ahora. Es como si fuera otra persona. ¿Otra persona? ¿De donde ha venido eso? > -¿Quién eres tú?- Preguntó de repente.

-Eh…- Lara no esperaba la pregunta. No había estado en el planeta desde que le había saludado. Había estado soñando. Amor a primera vista. Eso me recuerda algo. ¿Mamá y papá? Se asustó. <No, eso no te va a pasar. Soy joven pero responsable. ¿Qué estás pensando? No le conoces. Espera, te ha preguntado algo. >

-Perdón, ¿me has preguntado algo?-

-¿Quién eres tú?- Billy repitió.

-Soy Lara,- Lara dijo tranquilamente, todavía un poco distraída. Vio la expresión de sorpresa en su cara. <¿Por qué pone esa cara…? > Cayó en la cuenta. <Le has dicho que eres Lara. > -Oh, no. Esto no es bueno. Voy a estar en Smallville antes de que pueda decir adiós.-

Billy se sorprendió por la revelación de Lara. Había admitido que no era Ellie. La vio ponerse realmente nerviosa. De vuelta a Smallville. Tal vez ella vive allí. <Eso es. La señorita Lane la llamó Ellie. No sabe que esta no es su hija. > -¿Dónde está la hija de la señorita Lane?-

Una alucinada Lara le echó una mirada asesina. <No. Eso no. > — Soy su hija,- Lara apuntó enfadada. -¡No te atrevas a decir que no soy su hija!- Estaba muy enfadada.

-¿Tú eres su hija?- Inquirió Billy. -Eso es lo que ella piensa,- añadió maliciosamente.

-¿Quién eres tú para dudar que soy su hija?- Espetó Lara.- No me conoces, guapo, así que no me juzgues antes de que te explique este lío. Tal vez Ellie y yo seamos gemelas, pero yo no soy ella. ¿Lo has entendido?-

-Si, si, entendido, entendido,- dijo Billy. <Uau. Es especial. Sin duda es especial. > Ahora empezaba a creer que pudiera ser la hija de Lois. Había visto una discusión entre Lucy y Lois un día. Lara no era Ellie, eso sin duda. El comportamiento de Lara le recordaba al de Lois aquel día. Ellie era diferente. Habían tenido algunas peleas y sabía perfectamente cómo lo manejaba.

-Vamos, te lo explicaré todo,- dijo Lara. -pero nos tienes que ayudar. De otra forma, cuando Ellie vuelva, la venganza será terrible,- dijo las últimas palabras con una sonrisa maligna.

Billy se quedó seco. <¡Vaya cambio! ¿Quién es, Dr. Jeckyll y Mr. Hyde? Esto va a ser difícil. > Pensó. < Qué curioso. Ella probablemente viva con su padre en Smallville. ¿Tiene Lois la hija cuyo carácter es como el padre y el padre tiene que tratar con este tornado? > -Soy todo tuyo.- Lara le miró y se puso roja como un tomate. Billy se dio cuenta de lo que había dicho y se sonrojó también. <Creo que es evidente que nos gustamos. >

-Podemos hablar de eso en otro momento… tal vez en una cita,- le contestó. **

Esta vez su padre insistió en que fuera con ella a la redacción. Lo que Clark no sabía era que Ellie había estado anteriormente allí. Estaba realmente preocupada. ¿La reconocería alguien? No podía llamar de nuevo. De repente recordó algo. <Puedo intentarlo. ¿Cómo se me ha podido olvidar? Telepatía. >

<Lara, ¿puedes oírme? >

<Ellie, ¿eres tú? >

<Sí. Calla y atiende. Tenemos problemas, muy poco tiempo. ¡Estoy en el Planet con papá! >

<¡Qué! >

<El artículo que ha escrito es bastante bueno y se ha adelantado a mamá con él. ¡Ven! No creo que pueda arreglármelas con ellos yo sola. >

<Iré lo más rápido que pueda. >

Ellie se sintió cansada. Era difícil mantener la conexión telepática. Se sentó en una mesa vacía, lo más recogida posible, tratando de pasar desapercibida. Observó a su madre bajar la rampa.

-Oh, oh. La hora-H acaba de llegar,- murmuró para sí.

Al mismo tiempo Lara apareció en la redacción del Planet. Había venido a supervelocidad y estaba cansada y sin aliento. Todavía era joven y era demasiado esfuerzo. Y había sido una imprudencia. Pero ya estaba en la redacción. Durante la semana, había visitado varias veces a su madre y conocía a la mayoría de la gente. Esta vez reconoció además a su hermana, que señaló con un gesto de cabeza a una figura que caminaba por el medio de la redacción. Lois leía unos papeles mientras caminaba hacia el despacho de Perry.

Al tiempo, Clark salía de la oficina de Perry distraído por atender al editor del Daily Planet.

-Chico, bienvenido al Daily Planet,- felicitaba Perry a Clark cuando éste chocó con ella.

-Perdón,- dijo Clark. La miró. Ella era…

-¿Estás bien, cariño? Déjame presentarte a Clark Kent. Clark Kent, Lois Lane. Lois Lane, Clark Kent,- dijo Perry.

-¡Lois Lane!- Clark, atónito, exclamó. <¿Qué está ella haciendo aquí? Oh no, es Lois Lane y acabo de robarle una historia. Se enfadará y me odiará. >

-¡Clark! ¿Qué demonios haces tú aquí?- Preguntó Lois no menos atónita. -Me has estado buscando,- dijo Lois, señalándole con el dedo.

-¿Cómo? Ni siquiera sabía tu verdadero nombre. Quince años pensando en Louise Line,- gritó Clark. Ahora toda la redacción estaba mirándoles y preguntándose quién era ese desconocido que se atrevía a replicar a Lois Lane.

-Eh… Sr. White,- una nueva voz intervino. Lois, Clark y Perry miraron a la chica. -Pienso que sería mejor que dejara el día libre a estos dos para que arreglen el problema.-

Pensándolo un poco, Perry le dijo a la chica, -Estoy de acuerdo. Es una buena idea. Pero Ellie, cariño, normalmente me llamas tío Perry.-

-En realidad, ella es Ellie,- dijo Lara, señalando a su hermana que se acercaba a ella. -Y ya que no hemos sido correctamente presentados no sería adecuado llamarle tío Perry.-

-Lara,- dijo Clark. <Hey, esas no son las ropas que vestía antes. ¿Qué pasa aquí? ¿Quién es esa otra chica? Son como dos gotas de agua. Espera un minuto. Louise… No, Lois. Creo que Lois me ha ocultado el hecho de que tengo otra hija. Son gemelas. ¡Tengo otra hija! >

-Ellie,- añadió Lois. Observó a las dos chicas. <O estoy viendo doble, o son dos, por lo que una de ellas debe ser… Lara. Dios mío, no las he visto juntas desde que eran dos bebés. >

-Lara, llegas tarde,- dijo Ellie a su hermana. Estaban de pie delante de Lois y Clark.

-He venido lo más rápido que pude, y sabes que soy realmente rápida,- replicó Lara. Clark y Lois entendieron lo que su hija había hecho. Lois no sabía exactamente lo que pensar. Hablaban como si ambas se conocieran. <Pero cuando… ¿hoy? No, Lara le ha dicho a su hermana que vino lo más rápido que pudo. Esta semana, Ellie, no Lara, era Lara, estoy segura de eso. Lara pasó un montón de tiempo conmigo. En el Planet también. Por eso se comportaba como distinta desde… ¡El campamento! Se intercambiaron en el campamento. Van a estar castigadas hasta que se casen. Y eso será… ¡nunca! >

-En nuestra opinión, tenemos un montón de cosas de que hablar. Y éste,- Ellie indicó con sus manos a una redacción atenta a lo que decían, -no es el mejor sitio para hacerlo. Vosotros dos,- Ellie señaló a Lois y Clark, -al garaje, al coche y a casa. Tú conduces, mamá.-

***

Lois abrió la puerta. Nadie había dicho una palabra desde que salieron de la redacción del Planet. Se dirigieron al salón.

-Vale. Hablad,- ordenó Lois, mirando a sus hijas. Después desvió la mirada y la posó en Clark. Estaba sonriendo. <¿Esto es divertido? > Le observó. Quince años. Lois tenía que admitir que el tiempo había sido benévolo con él. En verdad, le había estado examinando desde que su hija les ordenó ir al garaje. Y pasó el examen con matrícula de honor. Lois no estaba hecha de piedra. Era aún más guapo ahora que quince años antes. Recordaba aquella noche perfectamente. Era bastante muscular cuando tenía diecisiete pero ahora, camuflado bajo su traje, se podía notar que su físico había mejorado, todo un Mr. Universo. La voz de una de sus hijas sacó a Lois de sus pensamientos.

-Espera, mamá. A Lara y a mí nos gustaría hacer algo. Papá, ¿te importa?- Ellie dijo. Clark no esperaba que su nueva hija se hiciera tan rápido al cambio. Bueno, no era realmente nuevo para ella, se había pasado toda la semana en Smallville. Clark hizo caso de la seña de Ellie y se dio la vuelta.

-Lista, ¿hermanita?- Preguntó Lara, tan pronto como Clark estaba de espaldas.

-Sí.- Y ambas comenzaron a girar como dos tornados en torno a un punto central. Cuando pararon las ropas se habían intercambiado.

-¡Uau!- Fue lo único que Lois pudo decir.

-Si habéis hecho lo que estoy pensando,- comentó Clark mirándolas de nuevo, -el tiempo en el campamento fue realmente provechoso. Es difícil de hacer para uno solo. Además, tenéis que coordinar los movimientos.-

-¡Puedes hacer eso!- Gritó Lois a Clark. -No he visto nada, ¿por qué te mandaron darte la vuelta?- <¿De qué va todo esto? >

-¡Alto!- Dijo Lara antes de que la discusión comenzara de nuevo. Vamos a ir paso a paso. Y estoy segura de que ese no es el primer paso.-

-En nuestra opinión,- empezó Ellie, mirando a su hermana, -mamá debe dar el primer paso.-

-¡Yo!- Soltó Lois. <¿Qué quieren ahora? ¿Por qué debo empezar yo? >

-Creemos que nos debes una disculpa, ya que eres la única persona en esta habitación que sabía que éramos gemelas,- dijo Ellie seriamente.

-¿Puedes asegurar que él no lo sabía?- Replicó Lois, señalando a Clark. <Más sabe el diablo por viejo que por diablo. >

-Buen intento, mamá. Pero después de una semana en Smallville, te lo aseguro. Además la reacción de la abuela Martha el otro día no deja muchas dudas,- añadió Ellie.

-¿Mi madre sabía que no eras Lara?- Preguntó Clark incrédulo. <Creo que tendré una pequeña charla con mamá cuando vuele a Smallville. >

-Nada más acabar de cenar el primer día. Es muy lista,- comentó Ellie sonriendo. -No te enfades con ella. Yo le pedí que no te dijera nada.-

-Bien. Tenéis razón. Os debo una disculpa y una pequeña explicación. Este lío no habría ocurrido si nos hubiéramos conocido antes,- admitió Lois. Ahora se sentía realmente culpable y estaba conteniendo las lágrimas. -Lo siento, pero quiero decirte una cosa, Lara. Enviarte lejos de mí fue la decisión más difícil de mi vida. Mis padres me dijeron que os diera a las dos en adopción. Aún así, me negué. Clark y yo compartíamos la responsabilidad por lo que hicimos. Estaba segura de que Clark sería un buen padre, por lo que decidí que se encargara de ti. Eso no significa que no te quisiera o que me olvidara de ti. Ciertamente, hubiera preferido conservaros conmigo a las dos, pero habría sido difícil cuidaros a ambas,- Lois explicó a Lara.

-Mamá, eso ya lo sé. Esta semana ha sido fantástica, aunque pensaras que era Ellie. Papá no habla de ti. Pero entiendo que tuviste buenas razones para hacer lo que hiciste. Sinceramente, considero que tomaste la decisión más correcta. Al menos en parte. ¿Habrías llegado a ser una de las mejores periodistas del mundo si hubieras tenido que cuidar de mí también?- Preguntó Lara a su madre, que ni se molestó en intentar contestar, porque era consciente de que era una pregunta retórica. -Lo dudo.- Lara caminó hacia Lois y la abrazó. -Mamá, te quiero. Eso es lo que cuenta, ¿no?-

Lois acarició el pelo de su hija y la besó en la frente. — Cariño, yo también te quiero.-

Observando el tierno momento entre Lois y Lara, Ellie recordó algo, — Oh, se me olvidaba. Señor Kent, soy Ellen Lane y es obvio que soy su otra hija,- dijo caminando hacia su padre y le abrazó. Le dio un beso en la mejilla y dijo, -Te quiero, papá.-

Clark la besó en la frente como Lois había hecho con Lara, y dijo, -Yo también te quiero, cariño.-

-Bien, creo que seré la envidia de todas mis amigas,- comentó Ellie divertida.

-¿Por qué?-

-Porque tengo el padre más guapo de todo el instituto,- dijo Ellie, sonriendo mientras Clark se sonrojaba y Lois y Lara empezaban a reírse.

Soltándose del poderoso abrazo de su padre, Ellie dijo, -Odio romper este momento Kodak, pero deberíamos continuar.- Ellie añadió, -Segundo paso. ¿Qué es eso de Louise Line?-

-Era su nombre cuando nos conocimos,- comentó Clark.

-No, el nombre que tenía en la convención,- corrigió Lois. -De algún modo mi nombre fue cambiado en la lista de la convención. Algún zoquete no lo entendió correctamente. Al principio, obviamente,- Lois miró a sus hijas, como dándoles un posible consejo, -no confiaba en Clark. Después estaba asustada de que no quisiera nada conmigo por mentirle. Y después de la noche que pasamos juntos estaba muerta de miedo. Así que dejé la convención,- explicó Lois. Recordó la noche y trató de no sonrojarse.

-Yo no supe nada de ella, hasta que un día apareció en casa un funcionario de los Servicios Sociales, contigo, Lara, y una carta.- Continuó Clark.

-Me arrepentí de la parte final inmediatamente después de dar a Lara a los Servicios Sociales. Tendría que haberte permitido encontrarme, no inmediatamente, sino después de algunos años. Esa vez no te mentí. La carta iba firmada L. L.,- aclaró Lois. No le gustaba recordar aquel tiempo. Demasiado doloroso.

-Eso explica porque no pude encontrar ninguna Louise Line en Metrópolis,- se dio cuenta Clark.

-El misterio de Louise Line está resuelto. El siguiente es…- dijo Lara.

-Espera un poco. ¿Cuándo organizasteis esta cosa del paso a paso?- Lois, curiosa, preguntó. Sospechaba algo. <Han montado todo esto. Son más listas de lo que parecen. >

-En el coche,- replicó Ellie.

-No os oí hablar,- contradijo Lois.

-Telepatía,-sugirió Clark.

-Eh,- Lois miró fijamente a sus hijas y después a él, -tú… ¿también?-

-Sí. Creo que hemos alcanzado el tercer escalón,- dijo Clark con una risita.

-Eso creo,- habló Lara. -Para empezar, él no es un mutante ni nada de eso. Es un alienígena. Como puedes ver, no se parece en nada al amiguito de la teniente Ripley.- Lara guiñó un ojo a su madre al hacer el comentario. Lois se rió. -Es de un planeta llamado Kripton. Los poderes, como lo de movernos muy rápido, vienen del sol amarillo que tenemos aquí. En cuanto, a la telepatía, creo que se puede calificar como un estadio más de la evolución de la extinta raza kriptoniana, más que un poder.- Lara observó la cara de su madre. -Mamá, no me mires con esa cara, he echado un vistazo a un par de libros de biología molecular y genética. Ellie y yo podemos comunicarnos perfectamente telepáticamente, aunque Ellie no está acostumbrada y se cansa rápido. Por otra parte, los poderes no están totalmente desarrollados. Llegué al Planet realmente cansada antes.-

Lois terminó de escuchar el discurso de Lara. Un alienígena. <¡El padre de mis hijas es un alienígena! Eso podía ser el titular del National Inquisitor. Increíble. ¿Por qué no me dijo nada? Se acostó conmigo y no me dijo nada. Ya, se habría presentado diciendo 'Mi nombre es Clark Kent. ¿Quieres cenar conmigo? Ah, por cierto, soy un alienígena.' No. En su lugar yo habría hecho lo mismo. Ahora tendremos que hablarnos y vernos de nuevo. Bueno, al menos, hay una explicación racional para lo que Ellie es capaz de hacer. > Lois observó a Clark de nuevo. <Un alienígena. Nah. Para mí parece un hombre. Hasta dónde yo he comprobado es como un hombre. Por el amor de Dios, si ha habido entrecruzamiento genético entre las dos razas. No puede haber tanta diferencia. Al menos algo recuerdo de las clases de biología del instituto. > Lois lo recordaba y le había echado de menos desde aquella noche. No había sido únicamente sexo. Aquello fue el clímax. Los tres días previos habían sido fantásticos. Pensaron que estaban enamorados. Al menos eso es lo que él le había dicho.

-Fue peligroso. Alguien podía haberte visto,- apuntó Clark.

-Sí, pero…- Lara no supo continuar porque sabía que su padre tenía razón.

Lois intervino de nuevo en la conversación, -Así que estáis aprendiendo a manejar vuestros poderes, pero ¿por qué?-

-Es necesario,- interrumpió Clark. -Si no fueran capaces de controlarlos, podrían hacer daño sin querer a la gente.-

-Ya lo entiendo. No había pensado en eso. Hasta ahora, he intentado que Ellie no utilizara sus poderes. Ahora veo que no puede. Estoy de acuerdo contigo. Es necesario que los controlen correctamente,- comentó Lois y preguntó, -Ellie, corrígeme si me equivoco pero, ahora ¿controlas tus poderes mejor que hace un mes?-

-Por supuesto. He estado practicando en Smallville toda la semana y Lara me enseñó cosas en el campamento,- contestó Ellie.

-¿En el campamento?- Inquirió Clark, sorprendido.

-Tranquilo papá,- rogó Lara. -Estábamos solas porque… estábamos en la cabaña de aislamiento.-

-No sé si quiero saber por qué estabais aisladas-, dijo Lois.

-Recuerdas que te hablé acerca de aquella amiga… Lara,- comenzó Lara.

-Sí.-

-Suponiendo que yo soy Ellie, yo era esa amiga. Estábamos en la cabaña de aislamiento porque el primer día provocamos una guerra de comida,- finalizó Lara.

-Y le cortaste el pelo,- dijo Lois.

-Si, pero lo de la broma no ocurrió,- añadió Lara tímidamente. -Ya sé que te mentí, pero no quería volver a Smallville.-

-Está bien, lo entiendo. Entonces sus poderes no desaparecieron,- comentó Lois.

-En realidad, fui capaz de hacerle los agujeros en las orejas porque Ellie estuvo dos días sin ellos,- replicó Lara mientras miraba a su padre.

-Significa eso que encontrasteis…- intervino Clark.

-Sí. Estaba lo suficientemente cerca para afectarle a ella, pero lo bastante lejos como para que yo apenas pudiera sentir algo. Tuvimos suerte,- dijo Lara un poco preocupada.

-¿Por qué?- Preguntaron Lois y Ellie.

-No dije nada en el campamento para que no te pusieras nerviosa, pero pudimos haber muerto,- Lara comentó mirando a su hermana.

-¿Qué?- Gritó Lois.

-Tranquilízate Lois. Sabemos lo que es. La llamamos kriptonita. Se reconoce fácilmente porque es una piedra verde que brilla. Probablemente es un pedazo de mi planeta. Los fragmentos acompañaron a la nave aprovechando la estela que ésta dejaba. Normalmente los encontramos cerca de Smallville,- aclaró Clark, lo que tranquilizó a Lois.

-Así que entonces le hiciste los agujeros y empezó todo este lío,- concluyó Lois.

-Sí,- Lara y Ellie dijeron al mismo tiempo.

-Y con esto hemos terminado de momento. Es obvio que hay más cosas de las que hablar,- comentó Ellie, -pero vosotros tenéis que hacerlo también. Nos vamos.-

-¿Dónde vais?- Lois preguntó.

-¿Te acuerdas que me dijiste el otro día que el vecino de enfrente se mudaba?- Recordó Lara a su madre.

-Sí, ¿por qué?-

-Creo que papá y yo necesitamos un sitio para vivir. ¿No estás de acuerdo?- Comentó Lara con una risita. -Vamos a ir a verlo. Hasta luego.-

***

Las chicas se habían ido y estaban solos. Se podía sentir el silencio y la tensión. Era realmente incómodo. Llevaban quince años sin verse y ahora estaban solos en una habitación y no sabían que decir.

-Bueno…- comenzó Lois dubitativamente, -estamos solos.-

-Lo siento, Lois,- dijo Clark. Había estado estudiando la evolución de Lois durante estos años. Obviamente ya no era la niña que él había conocido años atrás. Pero cuando la vio de nuevo, la conexión que había estado oculta todo ese tiempo en su interior, apareció otra vez. Era hermosa. Su pelo negro estaba cortado a la altura de los hombros. La mirada no había cambiado. Los ojos seguían siendo los mismos que Clark podría pasarse mirando toda su vida. Ahora se daba cuenta porque no había tenido muchas citas durante todos estos años. Había estado enamorado de Lois. No podía olvidarla. La primera cosa que veía todos los días al levantarse era el retrato que dibujó nada más volver a Smallville del viaje. Y la había echado de menos. Afortunadamente, su hija no se parecía nada a ella. Hubiera sido demasiado doloroso.

-¿Por qué?- Replicó Lois. No era capaz a entender porqué se estaba disculpando. -No te culpo de nada.-

-Lois, lo que pasó aquella noche…- comenzó Clark.

-¿Te arrepientes de lo que pasó?- Preguntó Lois ligeramente enfadada.

-Sí… no, Dios, Lois, no lo sé,- susurró Clark. -Fue…-

-Fantástico,- Lois completó la frase. -Clark, no fue culpa tuya. Tampoco mía. Simplemente ocurrió. Éramos jóvenes.-

-¿Crees que fue un error?- Preguntó Clark.

-Nunca. Jamás digas eso. ¿Consideras a tus hijas una equivocación?- Lois se enfadó de nuevo. -¿Puedes imaginar tu vida sin Lara?-

-No. Tienes razón. Lo siento de nuevo. Por supuesto que nunca he considerado a Lara una equivocación,- comentó Clark. -Ha sido duro para los dos.-

-Sí. Pero hemos sido capaces de manejar la situación. Supongo que tus padres te echaron una mano. Al principio los míos también,- dijo Lois. -Ahora sólo mi hermana me ayuda. En realidad ella vive aquí con nosotras. Estos días se ha tomado unas pequeñas vacaciones.-

-¿Crees que nos las arreglaremos para trabajar juntos?- Preguntó Clark, cambiando de tema. — Puedo decirle al Sr. White que sería mejor para el periódico que yo…-

-¡Clark! Eso no es justo. Si te dejo hacer eso Lara y Ellie no me hablarían nunca más,- replicó Lois sonriendo, -¿Amigos?-

-Amigos,- dijo Clark, al tiempo que abrazaba a Lois. Ambos notaron la sensación que emanaba del otro. Sabían que allí había algo más que amistad.

***

-¿Cómo demonios me habré dejado embaucar por vosotras para que nos quedemos aquí hasta que nos podamos mudar para nuestro apartamento?- Se preguntó Clark en voz alta. Él y Lara habían pagado el hotel, si se podía llamar así, mientras aprovechaban para recoger sus cosas, las cuales milagrosamente seguían en el hotel y parecía que ningún amigo de lo ajeno se había interesado por ellas.

-Es fácil y obvio, Clark,- dijo Lois según salían de nuevo al salón después de haber dejado las cosas en las respectivas habitaciones. Lois se dio la vuelta y señalándole con el índice dijo bromeando, — Tres mujeres juntas son más fuertes que un hombre solo.- Lois al principio no estaba realmente segura de que le gustara tener a Clark en casa. No lo había visto en quince años y ahora iba a pasar algunas noches en su casa. Pero por otra parte estaba contenta. Tenía en casa a su otra hija y a su vez, Ellie, parecía feliz. La niña lo había ocultado bien y Lois no se había enterado de que, sin duda alguna, todo este tiempo, Ellie había añorado a su padre y a su hermana.

-Mamá, papá. Nos gustaría ir con vosotros mañana al Planet. La discusión que se montó allí al mediodía fue culpa nuestra. Querríamos disculparnos con el tío Perry por ello,- dijo Ellie.

-Ok, cariño,- comentó Lois, -eso estará bien. Bueno, ahora no tengo ganas de cocinar, ¿podríamos pedir algo para cenar?-

-Mamá. No digas mentiras. No es que no te guste o no tengas ganas de cocinar; lo que pasa es que no sabes cocinar,- dijo Lara con una risita.

-¡Lara!- Exclamó Clark, sorprendido por el comentario de su hija.

-Jovencita, estás jugando con fuego,- replicó Lois. <En una semana ha sido capaz de conocerme a fondo. >

-Vamos, mamá. Prácticamente toda la plantilla del Planet sabe que podrías quemar hasta agua,- dijo Ellie para ayudar a su hermana. -Yo elijo comida china.-

-Yo también,- añadió Lara.

-Eso sería fantástico,- coincidió Lois.

-Bueno, a mí me encanta la comida china,- comentó Clark según se levantaba. -Yo iré a buscarla,- añadió antes de que Lois pudiera replicar.

-Pero si no sabes lo que queremos ni dónde comprarlo.- Replicó Lois esquivando el comentario previo de Clark.

-Traeré un poco de todo y ya encontraré un sitio,- dijo Clark según salía.

-Espero que la comida no nos intoxique,- susurró Lois.

-En realidad, la comida en mal estado solamente te perjudicaría a ti,- explicó Lara.

-Así que podría envenenar la comida y librarse de mí, eh, y nadie sospecharía,- comentó Lois con un punto de broma.

-Por supuesto, pero creo que lo dejará para otro día mejor que hoy. Con la discusión de esta mañana creo que tendría un motivo bastante claro,- bromeó Lara, al tiempo que sonaba el timbre de la puerta.

-¿Quién es?- Contestó Lois por el intercomunicador.

-Clark.-

Lois abrió el portal y también la puerta del apartamento, esperando a que llegara Clark.

-Eso ha sido rápido,- comentó Lois al ver aparecer a Clark.

-Tomé un atajo,- explicó Clark.

-¿Dónde la has conseguido?- Preguntó Lois al ver los recipientes de bambú mientras se dirigían hacia la mesa.

-Shangai.-

-Oh.- Lara y Ellie dieron un respingo al oír la respuesta de Clark.

-Vamos a comer, estoy muerta de hambre,- dijo Lois según empezaba a comer. -Uau. Esto está genial. Tienes que enseñarme este sitio, Clark,- comentó apuntando con su dedo índice a Clark.

La cena fue más agradable y divertida de lo que Lois podía recordar. Buscando en su memoria, Lois no encontraba un momento reciente de su familia, sin contar a Lucy por supuesto, pasándoselo tan bien. Siempre había pensado que no necesitaba una familia. Por supuesto, la presencia de sus dos hijas juntas colaboraba en el ambiente. Y Clark. Sin duda, por alguna razón, Lois se sentía cómoda con la presencia de Clark. De repente, empezó a imaginar como habrían sido todos los años pasados si hubiera viajado hasta Smallville para encontrar a Clark después de enterarse de que estaba embarazada. ¿Cómo sería la situación actual? La pregunta no tenía sentido y al tiempo que su mente la desechaba, fijaba su atención en romper la galleta de la fortuna que tenía en su mano.

Echando un vistazo al papelito que había en el interior, Lois observó los caracteres orientales que estaban escritos en él, — Oh, es chino,- dijo Lois. Lara, viendo la sorpresa de su madre cogió el papel. -No me dirás que lees…-

-Un buen caballo es como un miembro de la familia,- leyó.

-Eso no es fortuna,- protestó Lois. -¿Lees chino?- Preguntó Ellie curiosa a su hermana.

-Sí. Hablo y escribo con soltura inglés, francés, alemán, italiano, latín y griego antiguo y moderno,- explicó Lara. — Además, leo y hablo chino y japonés y algún otro.-

-Y yo que creía que era buena en idiomas,- bromeó Ellie.

-Viajar es muy bueno para mejorarlos,- añadió Lara.

-Eso es cierto,- dijo Clark apoyando a su hija.

-Tienes que contarme más sobre tus viajes, Clark,- indicó Lois.

-Es una larga historia, pero creo que tenemos un poco de tiempo…- comentó Clark.

***

Lucy Lane abrió la puerta del apartamento que compartía con su hermana y su sobrina. Había estado fuera de la ciudad las dos últimas semanas. Entró en el apartamento y cerró la puerta con cuidado para no armar ruido. Era tarde y Lois y Ellie estarían durmiendo. Dejó sus maletas y caminó hacia su habitación. El cansancio era demasiado grande como para ocuparse ahora del equipaje. De lo único que tenía ganas era de tirarse en la cama y dormir. Encendió la lámpara que permitía iluminar el lado izquierdo de la cama y comenzó a desnudarse. Buscó una camiseta para dormir y se la puso. Sentándose en un lateral de la cama, apagó la luz. Se acostó en la cama para intentar dormirse lo más rápido posible. De todas formas, tenía una sensación extraña. La cama parecía distinta y había un sonido que no era familiar a sus oídos. Estaba escuchando la respiración de alguien que estaba muy cerca de ella. Había alguien en su cama. De repente, una mano cayó sobre ella.

-¡Ahhhhh!- Gritó Lucy.

Más sobresaltado que asustado por el grito de Lucy, Clark se despertó. Lo que no se esperaba era encontrar una mujer en la cama con él, aunque de la forma que le miraba, lo evidente era que la mujer no se fiaba ni un pelo de él.

-¿Y tu quién eres? ¿Se puede saber que haces en mi cama?- Voceó Lucy, pidiendo una explicación.

-Yo… Lois… ehh,- balbuceó Clark, sin ser capaz de encontrar una explicación coherente para aclarar la situación a Lucy.

Antes de que Clark y Lucy pudieran continuar con su amable discusión, la puerta de la habitación se abrió, revelando la presencia de una dormida Lois.

-Lucy, ¿qué haces aquí?- Inquirió Lois.

-La verdad es que esta es mi cama,- replicó la joven Lane enfadada.

-Mamá, ¿qué pasa?- Preguntó Lara.

-¿Qué…?- Empezó a preguntar Lucy pero se quedó sin palabras al ver a las dos niñas a la puerta de su habitación. Lucy apenas recordaba que Ellie tenía una gemela. Ella era muy pequeña y los recuerdos de aquella época estaban un poco borrosos. Los inconexos pensamientos de Lucy fueron interrumpidos por la voz de Clark.

-Sabía que no era una buena idea. Dormiré en el sofá,- dijo Clark, al tiempo que salía de la cama. Sólo llevaba puestos un par de calzones. Lois observó el cuerpo de Clark según este salía de la habitación. La mirada de Lucy se dirigió de Clark a Lois, con una expresión de curiosidad, que la destinataria entendió.

-Hablaremos mañana. Buenas noches, Lucy.- Dijo Lois. <Uau. Está mejor de lo que pensaba. Creo que voy a necesitar una ducha bien fría. >

-Buenas noches, a Lois y a todo el mundo,- añadió Lucy. Si hubiera sabido que estaba tan bueno no habría gritado.

***

Viernes

El despertar de Lois no fue el acostumbrado. A la voz de Ellie en la cocina se solapaba una voz que Lois, más dormida que despierta, no acertaba a reconocer. Al fin los últimos retazos de somnolencia desaparecieron y su mente asoció la voz con la persona, <Lara >. Su hija. Su otra hija. Había estado catorce años sin verla, desde que decidió que no podría hacerse cargo de las dos niñas. Los servicios sociales habían cumplido la solicitud de que Clark recibiera a su hija. Ciertamente, Lois no creía que Clark hubiera dudado ni un minuto que era suya. Se veía que Lara, pese a no haber crecido cerca de su madre, había disfrutado de una infancia bastante feliz y normal… en la medida que una niña medio kriptoniana podía serlo. Terminado el pequeño momento de reflexión, Lois decidió que era hora de dejar la comodidad de la cama y entrar de nuevo a la vida real. Se levantó y, saliendo de la habitación, se dirigió hacia la cocina. Al llegar a la puerta, la escena que se observaba la hizo detenerse. Lois vio a sus hijas charlando y desviando la mirada de sus hijas fijó sus ojos en Clark, que estaba haciendo el desayuno. Suponía que no había hecho ruido, pero Clark se dio la vuelta y sonrió. De alguna manera había percibido su presencia. Las sensaciones que despertaba la escena eran algo que Lois no había sentido en mucho tiempo. Desayunar con su familia, sus dos hijas y su marido. < ¿Por qué estoy imaginándome a Clark como mi marido? > Lois se dirigió a sus hijas y dijo, -Buenos días- y besó a ambas en las mejillas. Después de eso, rodeó la mesa y se dirigió hacia Clark. Inesperadamente, Lois le dio un pequeño beso de buenos días en los labios. Como si él fuera su marido. Sonidos de admiración y sorpresa surgieron de las bocas de unas alucinadas Lara y Ellie. < ¡Que he hecho! ¡Le he besado como si fuera mi marido! >, pensó Lois, que notaba como la sangre le subía a las mejillas.

-Lo siento Clark,- se disculpó una colorada Lois, -No sé… — < Estoy enamorándome de él de nuevo. Eso está claro. ¿Por qué no? Esta vez es distinto. Sois adultos. Y, ciertamente, no es Claude. La verdad es que Claude no le llega ni a la suela de los zapatos. Clark no es el típico hombre. Claude lo que quería era meterte en la cama. Y Clark, aquella noche, no estaba muy seguro de acostaros juntos. Para ser franca contigo misma, tú le empujaste a ello. >

-No pasa nada, Lois. Todavía estás un poco dormida,- comentó Clark sonriendo, para tranquilizarla. Estaba sorprendido por lo que Lois había hecho, pero le había gustado. <¡Uahu! ¿Querrá decir ese beso que todavía siente algo por mí? >

-Te he visto ahí y…-

-Está bien, Lois. No has hecho nada malo,- continuó Clark, -y no es la primera vez que me besas.-

-Sí, pero es la primera vez que te beso en quince años,- replicó Lois, mirando a Clark. Se dio cuenta por la expresión de su rostro que no estaba enfadado. Es más, probablemente, si leía bien los signos, puede que incluso le hubiera gustado…

Para evitar más situaciones embarazosas para su madre, Lara decidió cambiar el tema de la conversación preguntando, -¿Qué plan hay para hoy?-

-Para empezar, lo más seguro es que tengamos que explicar a tu tía Lucy este lío. Y después de eso, iremos al Planet; todavía tenemos que trabajar,- dijo Lois.

-¿Está Lucy enterada de las habilidades especiales de Ellie?- Preguntó Clark preocupado.

-Sí,- se adelantó Ellie a su madre. -Pensamos que era mejor decírselo antes de que intentara cortarme el pelo y ya sabes lo que habría pasado.-

-Le tendremos que explicar todo,- replicó Clark.

-No dirá nada a nadie,- respondió Ellie.

-No se lo ha dicho ni siquiera a mis padres,- añadió Lois. -Por lo menos mi padre no ha intentado examinar a Ellie.- Lois observó como la ceja de Clark se arqueaba de un modo que indicaba que la frase requería una explicación más larga. -En otro rato, sólo lo he dicho para que Lara sepa a que atenerse si la diosa fortuna decide ponerse en contra nuestra y nos encontramos con mis padres.-

Clark decidió callar la boca. Estaba claro que Lois no se llevaba bien con sus padres. Y no le gustaba hablar de ello. Por supuesto, él esperaría hasta que ella estuviera lista para hablar de ello. La voz de Lois le sacó de sus cavilaciones.

-¿Quién es el primero en el baño?- Preguntó Lois.

-No lo sé, pero tú sin duda alguna eres la más lenta, así que serás la última. Aunque si no te importa compartir la ducha…- comentó Clark entre risitas.

Lois no se esperaba el comentario de Clark, pero fue capaz de pensar una réplica adecuada. -Tal vez otro día… cuando tengamos la mañana libre,- dijo Lois sonriendo a la vez que observaba como la tez de Clark enrojecía por momentos. Una cosa que recordaba de su poco tiempo juntos era la ingenuidad de Clark. Un poco inocente también. Tenía que recordar algo del padre de su hija.

Una nueva figura apareció por la puerta de la cocina. Lucy Lane observó divertida la escena. -Chicos, me parecéis una familia feliz. Hola, soy Lucy Lane,- la más joven de las hermanas Lane dijo, presentándose a Clark. Se saludaron con un apretón de manos al tiempo que se sentaban en la silla, al lado de Lara.

-Yo, soy Clark Kent. Y esta es tu otra sobrina, Lara,- Clark señaló a su hija. Lucy y Lara se besaron en las mejillas.

-Supongo que tú eres el chico que Lois conoció aquel día,- habló Lucy.

-Sí. Siento lo de anoche. Lois me dijo que estabas fuera. Esa fue la razón de que aceptara la invitación para pasar la noche aquí,- explicó Clark.

-No es nada. Sólo fue un pequeño susto. Una no vuelve de viaje y espera encontrarse a alguien en su cama. Y menos un hombre como tú,- comento divertida Lucy, examinando a Clark con la mirada. -Sólo mi hermana es capaz de dejarte durmiendo en mi cama en vez de la suya,- añadió Lucy maliciosamente con un guiño.

-¡Lucy!- Soltó Lois que volvió a enrojecer por el picante comentario de su hermana.

En ese momento, y antes de que Lois pudiera reprender a Lucy por su comentario, el timbre de la puerta sonó. Ellie se levantó y se dirigió a abrir. Cuando la puerta estuvo abierta, Ellie observó la figura de su mejor amigo. -¡Billy!- Gritó Ellie y le abrazó.

Billy estaba anonadado. No se esperaba tal recibimiento. < Un momento…> -¿Ellie?- Preguntó, temeroso de conocer la respuesta. Esperaba a Lara aquí. Y ésta sin duda era Ellie. Eso significaría que… No. Sintió el miedo de perderla. La apartó de él. -Ellie,- añadió Billy, -dime que no se ha ido a Smallville.- Antes de que Ellie pudiera reaccionar Billy había entrado y se había dirigido hacia la cocina. Ellie cerró la puerta y lo siguió. Al entrar en la cocina, Billy vio a un hombre que no conocía y a Lucy y Lois Lane. Y allí estaba ella, Lara. Ella le miró, con una sonrisa que le devolvió prácticamente todo el ánimo.

-Por Dios, Lara. Cuando Ellie me abrazó no sabía que pensar. La posibilidad de que tu madre te hubiera mandado de vuelta a Smallville,- dijo Billy. -Me sentí… incompleto, como si hubiera perdido algo… o a alguien.- Estaba a punto de llorar.

Viendo el sufrimiento de Billy y sin pensarlo, Lara se levantó y lo abrazó. -Shhh. Estoy aquí.- No habían estado tan cerca el uno del otro el día anterior. Ambos fijaron la mirada en el otro y olvidaron donde estaban y la gente que estaba en la habitación. Los labios se juntaron y el beso comenzó. Ni siquiera oyeron las exclamaciones de admiración y de sorpresa de los familiares de Lara. Era como si H. G. Wells hubiera creado de verdad una máquina del tiempo y la estuviera utilizando para parar la cuarta dimensión en ese preciso instante. El beso permitió a sus jóvenes almas reconocer a su compañera. La conexión que ambos habían sentido el día anterior creció. Al romper el beso estaban un poco atontados. De repente, Lara recordó que estaban en la cocina. Todo el grupo estaba mirándoles detenidamente. <¡Le he besado enfrente de mis padres! ¿Qué estaba pensando? > Ella misma se contestó, <Nada. Sólo besarle. > Examinó las caras alrededor de ella. Su tía y su hermana sonreían, pero lo de sus padres ciertamente no era una sonrisa. Lo que más sorprendió a Lara fue que su madre parecía más enfadada que su padre.

-Bien… Lara, Billy, ¿habéis terminado?- Lara sintió la pregunta de su madre como si la hubiera hecho el mismo Torquemada.

Notando el tono de la pregunta, los pensamientos de Ellie se centraron en desaparecer de allí. <Esto no es asunto mío. Lo mejor será desaparecer para evitar posibles daños colaterales… De todas formas tendré que preguntar a Lara por qué estaba besando a mi mejor amigo… aunque después de ese beso creo que la respuesta es obvia. > -Creo que seré la primera en darme la ducha. Tía Lucy, ¿puedes ayudarme a encontrar algunas toallas?- Ellie preguntó, mirando fijamente a su tía.

Lucy era consciente de que tenía que salir de la cocina como fuera, y sabía que la pregunta de Ellie haría parecer su desaparición menos forzada. Lo mejor era salir del alcance de la cólera de Lois. Se levantó y contestó a su sobrina, -Sí, te ayudaré.- Dicho esto, las dos mujeres se levantaron y salieron de la cocina.

-Mamá, papá, sé que estáis enfados…- comenzó a hablar Lara, pero Lois la interrumpió.

-No estamos enfadados, al menos yo no,- aclaró Lois mirando a Clark, que no parecía realmente enfadado. -A menos que haya algo por lo que enfadarse… y sabéis de que estoy hablando, porque ayer cuando fui a trabajar, os dejé solos aquí.-

-¿Les dejaste solos?- Preguntó Clark sorprendido.

-Si, pero creía que era Ellie,- explicó Lois a Clark.

-Srta. Lane, Sr. Kent. Juro que ayer no pasó nada. Sólo estuvimos hablando,- se defendió Billy preocupado. -Nunca me aprovecharía de su hija. La verdad es que no empezamos muy bien. Si, la atracción estaba ahí nada más encontrarnos con la mirada pero…-

-Creía que se estaba enamorando de Ellie. El problema fue que me contradijo cuando le dije que yo era tu hija. Y eso me puso frenética,- dijo Lara.

-¿Estaba enfadada?- Preguntó Clark a Billy. Al ver el gesto de asentimiento del chico, Clark dio un silbido. -¡Uau! Si la viste enfadada ayer y hoy apareces aquí como si la hubieras perdido… Chico, estás condenado,- añadió Clark, mirando y sonriendo a Billy. No había rastro de enfado. Estaba sorprendido. Lara nunca había mostrado mucho interés por los chicos, y en Smallville había más de uno interesado en ella.

-Papá, ¿cómo dices eso?- Preguntó Lara un poco molesta, pero curiosa, porque su padre se estaba tomando esto con mucha calma y parecía que no le molestase.

-Lara, cariño, ¿cómo crees que me sentí cuando conocí a tu madre?- Era una pregunta retórica. Pero temía asustar a Lois. Clark la miró. Sonreía y le miraba a él. Sabía perfectamente los pensamientos que pasaban por su mente. El día que se conocieron. Se habían enamorado nada más conocerse.

Lois, desviando la mirada hacia Billy, dijo, -Billy, sé que nunca te aprovecharías de ella y…-

-Mamá, sabes que soy más fuerte. Eso quiere decir que puedo aprovecharme de él…- añadió Lara maliciosamente, mirando a Billy.

-Se puede arreglar fácilmente con un trozo de kriptonita,- bromeó Billy.

-¡Se lo has dicho!- Gritó Clark a su hija.

-Eh, Sr. Kent. Ya lo sabía. Me enteré de las habilidades especiales de Ellie cuando un día intenté cortarle el pelo en casa,- explicó Billy. -Lara me explicó un montón de cosas ayer.-

-Sospechaba que Ellie te lo había contado,- intervino Lois. — Sabes que es un secreto.-

-Nunca haría daño a Lara o a Ellie, Srta. Lane,- afirmó Billy.

-Entonces, ¿cuándo es vuestra primera cita?- Preguntó Lois curiosa.

-Estaba pensando que podríamos ir mañana por la tarde al cine.- Dijo mirando a Lara.

-Mañana por la tarde no puedo. Tengo que ayudar a papá con la mudanza. Pero hoy estoy libre,- contestó Lara.

-¡Genial! Te recogeré a las cinco,- dijo Billy.

-¿Vosotros dos estáis de acuerdo?- Preguntó Lara a sus padres. <Demasiado fácil. Estos traman algo. >

-Una cosa más,- añadió Clark. -Tendréis compañía. Ellie.-

-Demasiado bueno para ser cierto,- se quejó Lara.

-¿Prefieres a Clark o a mi misma?- Replicó Lois a la queja de Lara.

-Nooo,- respondió Lara sonriendo. <Mejor Ellie que mamá o papá. >

-Bueno, se acabó la discusión,- terminó Lois.

***

Lois, Clark y las chicas entraron en la redacción. Descendiendo la rampa, se acercaron a Perry, que estaba hablando con Jimmy.

-Lois, Clark. Parece que el problema ha desaparecido, ¿no?- Preguntó Perry.

-Sí, Jefe,- respondió Lois.

-Por supuesto, Sr. White. Siento el show que montamos ayer,- añadió Clark. -Me gustaría presentarle a alguien,- dijo Clark mostrando con su mano a una de sus hijas, que camino hasta su lado. -Esta es mi hija, Lara Kent.-

-Encantada de conocerle, Sr. White,- dijo Lara agarrando la mano del Editor en Jefe. -Siento lo de ayer. Todo fue culpa nuestra.-

-Esta bien, cariño. No pasa nada,- replicó Perry, añadiendo, — no es la primera vez que la redacción ve un enfado de tu madre.- Cambiando de tema, el editor se dirigió a su nuevo reportero. -Clark, creo que te gustaría echarle un vistazo a la página siete.- Dicho esto, le entregó una copia del periódico del día.

-¿Qué es?- Inquirió Lois.

No muy seguro de si sería prudente estar cerca de Lois, Clark respondió, -Es el artículo que escribí ayer,- y sin tiempo de leerlo, Lois se lo arrancó de las manos y él no se lo iba a impedir. Era claro que quería leer el artículo. -Antes de que lo leas, tengo que decir que hice el trabajo que tú tendrías que haber hecho.-

Lois entendió el ligero tono de recriminación de Clark. -Te me adelantaste aprovechando que llegaba tarde,- dijo Lois, con una mirada que demandaba una explicación. Retirando los ojos de Clark, los dirigió al periódico y comenzó a leer.

La gente de la redacción había estado observando la llegada de Lois y Clark y ahora la reportera tenía toda la atención de la redacción. Se hizo el silencio esperando la reacción de Lois. El rumor había corrido como la pólvora de que el nuevo reportero había sido contratado después de escribir un artículo que era de Lois. El enfado de Lois el día anterior sería una minucia comparado con el de hoy. Incluso Perry esperaba su reacción con miedo. Nadie se atrevía a robar una historia a Lois Lane. -Perry,- comenzó Lois y la voz resonó por toda la redacción, y sabiendo que tenía la atención del personal, continuó, — quiero un compañero.- Mirando a su alrededor, observó la mirada de incredulidad de muchos de sus colegas.

-¿Qué?- Soltó Perry, -No has tenido un compañero desde…-

-Mejor olvidar eso,- dijo Lois con una mirada hacia Clark que indicaba claramente que ya se lo explicaría en otro momento. — Por si no ha quedado claro, no quiero cualquier compañero. Quiero a Clark,- añadió Lois. Volvieron a surgir sonidos de sorpresa de la audiencia.

-¿Por qué?- Preguntaron Clark y Perry, sin creerse todavía lo que habían oído.

-Con mi habilidad para investigar y el estilo de Clark… podemos ser el mejor equipo de la ciudad,- apuntó Lois.

-¿Estás segura, Lois?- Preguntó Clark. -No me importa, pero…-

-Clark, trabajaremos bien juntos. Además necesitas a alguien que te guíe por la ciudad una temporada, así que probaremos si tengo razón,- dijo Lois mirando a Perry, que no podía creer la suerte que había tenido evitando cargar a Lois con un compañero no deseado. -Eso sí, yo soy la jefa,- comenzó Lois. -Yo hago las preguntas. Tu obedeces, yo mando. ¿Te has enterado?- Bromeó Lois con Clark.

-Sí señora, enterado. Ya recuerdo que te gusta estar encima,- replicó Clark.

Una enrojecida Lois le echo una mirada de aviso a Clark. -No te pases, Kent. Estas sacando los pies del tiesto.- Observando su sonrisa, Lois continuó, -Yo también tengo mis dudas, pero has visto lo último que hicimos juntos. Salió bien ¿no?- Dijo Lois entre risitas al observar la cara de interrogación de Clark con la ceja arqueada y mirándola.

Jimmy, perdido entre el tono supuestamente serio de Lois, y algunas partes crípticas del intercambio de palabras entre ambos, intervino, — ¿Qué fue?-

-¿Eh?- Lois acertó a decir.

-Lo último que hicisteis juntos,- dijo Jimmy pidiendo una aclaración.

-Ellas,- respondieron Lois y Clark al unísono apuntando a sus hijas.

La cara de despiste del pobre Jimmy hizo saltar la risa a Perry. — Lois, esa ha sido muy buena. Le has dejado seco. Por otra parte, al señalar a las chicas me habéis recordado algo que trajeron ayer,- comentó Perry, dejando momentáneamente el grupo y dirigiéndose hacia su oficina. Cuando salió de vuelta, traía un gran paquete.

-Eso es lo que estoy pensando, ¿no?- Dijo Ellie cogiendo el paquete y abriéndolo. Era un cuadro. Una vista de la redacción del Daily Planet.

-Fantástico,- dijo Clark alucinado. Leyó la firma del autor. Ellen Lane, Julio 1998, -¿Lo has pintado tú, Ellie?-

-Sí, papá,- contestó Ellie. -¿A que es una sorpresa? Sé que Lara disfruta escribiendo, pero a mí gusta más la imagen. Por eso prefiero dibujar o pintar. Además también saco fotografías.-

-La verdad es que el cuadro es impresionante,- comentó Clark. — ¿Dónde lo vas a colgar?-

-Es un regalo de cumpleaños para tío Perry. Le dije que en su cumpleaños que le pintaría un cuadro. Como ya había hecho un retrato de tía Alice, su mujer, eligió la redacción,- explicó Ellie.

-Lo voy a colgar en la oficina,- le dijo Perry a Clark al tiempo que el Editor en Jefe cogía el cuadro y lo llevaba a su oficina.

-Tal vez algún día pueda pintaros a mamá y a ti, si no os importa,- dijo Ellie.

-Por supuesto, Ellie. Algún día,- respondió Lois sonriendo.

Perry, saliendo de nuevo de su oficina, se dirigió hacia el grupo y dijo a Lois, -Recuerda que el domingo es el baile benéfico del Daily Planet. Tendrás que encontrar una pareja.-

-Sí, jefe, no me he olvidado. Y he pensado en mi pareja,- replicó Lois, que mirando a Clark, preguntó, -¿Qué te parece, granjero?-

-Bueno, no puedo rechazar tal oferta,- respondió Clark, sonriendo.

***

El día transcurrió con rapidez. Lara visitó el Daily Planet con su hermana y, después de comer con sus padres, volvieron a casa. Tenía que prepararse para su primera cita con Billy. Lois y Clark, por su parte, pasaron su primer día de trabajo juntos con entrevistas, y tras la comida escribieron, los artículos correspondientes. Aunque estuvieron trabajando, se lo pasaron bien. Sabían que se gustaban el uno al otro. Pero era demasiado pronto. Y los dos estaban asustados. Si salía mal, las que saldrían perdiendo serían las chicas.

El trabajo se alargó más de lo previsto y regresaron a casa un poco más tarde de lo esperado. Lara y Ellie estaban hablando con su tía Lucy. Habían traído comida de fuera… otra vez. A lo largo de la cena, Lois y Clark interrogaron literalmente a sus hijas acerca de la cita. Confiaban en Billy, pero tenían curiosidad. Después de todo, eran periodistas. Una vez acabada la cena, la conversación se dirigió a temas más serios…

-No es ningún problema, Lois. Puedo dormir en el sofá de nuevo,- dijo Clark. No le importaba dormir en el sofá. <Bueno, en realidad dormiré sobre el sofá. > Clark había comprobado el día anterior que los sofás de Lois no eran precisamente los más indicados para dormir.

-No tienes que hacer eso,- protestó Lucy. -Se suponía que yo no estaría aquí. Esto es lo que haremos,- comenzó Lucy preparándose para explicar. -Tu dormirás en mi cama. Yo la compartiré con Lois.-

-Eso no es justo, Lucy. No puedo echarte de tu cama,- se quejó esta vez Clark.

-Clark tiene razón, Lucy. No es culpa tuya, más bien mía y de esas dos de ahí,- dijo Lois, mirando a sus hijas, que sonrieron. -Y creo que tuviste suficiente sofá anoche,- dijo Lois apuntando a Clark. -Para ser justos con todos… La solución es… vosotras dos,- se giró hacia las chicas, -ya estáis arregladas. Lucy tu dormirás en tu cama. Clark…- mirándolo fijamente, <Dios mío. No puedo creer que vaya a decirle esto. > -… tú dormirás conmigo.- Lois observó la cara de asombro de las otras mujeres.

-Lois, estás loca, tú…- Lois cerró la boca de Clark con su dedo índice y no le permitió continuar. < Claro que quiero acostarme con ella pero es muy pronto. Dos días atrás no sabía ni siquiera su nombre y ahora voy a dormir con ella… de nuevo. Eso sí, sólo dormir. >

-Clark, somos adultos. Y no es lo mismo que quince años atrás. Y lo que es más importante: confío en ti. ¿No confías en mi?- Preguntó Lois a Clark. Claro que quería que pasara algo más, pero tenían que ir paso a paso. Sería un error hacer el amor esta noche. Se arrepentirían inmediatamente. Ella sabía que le quería. Y estaba prácticamente segura de que él se sentía atraído hacia ella.

-Confío en ti, Lois,- contestó Clark, sin dudar. No quería que Lois pensara que no confiaba en ella. Por supuesto que lo hacía. Pero iba a ser una noche muy, muy larga.

-Arreglado. Y ahora, si no os importa, me voy a acostar. Ha sido un día bastante duro. ¿Vienes Clark?- Lois preguntó, pero Clark sabía que ese tono era más el de una orden que el de una pregunta.

-Si, también estoy un poco cansado,- dijo Clark y caminó hacia sus hijas. Las besó en la frente y les dijo a cada una, -Buenas noches, cariño.- Y añadió, -Buenas noches, Lucy.-

Lois hizo lo mismo que Clark y se deslizó hacia su habitación seguida de cerca por Clark. Aún fueron capaces de oír a Lucy decir a Lara y Ellie, -Espero que no se equivoquen esta noche. Está claro que se gustan el uno al otro, pero es muy pronto.-

Lois y Clark entraron en la habitación de Lois. Él no había estado antes allí. Había una gran cama. A ambos lados de la cama Lois había colocado dos mesitas de noche. En la de la izquierda, había una foto de Ellie. Lois cogió una larga camiseta y salió de la habitación. Clark supuso que se iba a cambiar en el baño. Él comenzó a girar y, cuando hubo finalizado, sus ropas habían cambiado. Llevaba sus calzones, pero esta vez se dejó la camiseta encima. Esperó a Lois antes de elegir su sitio en la cama. Cuando Lois regresó, llevaba puesta la camiseta.

-¿Por qué no estás en la cama?- Preguntó Lois. < ¡Uff! Menos mal que no se ha quitado la camiseta… En tus sueños, Lane. Desgraciadamente. >

-Ehh… bueno… No sabía que lado te gusta…- respondió Clark tímidamente, distraído. <Es preciosa. Sólo lleva una camiseta. No debo mirar a las piernas. Kent, o te comportas o acabas la noche bajo la ducha… o dándote un bañito en el Ártico. >

-Ah… Elijo la izquierda,- dijo Lois, metiéndose en la cama. <Me ha dejado elegir el sitio que me gusta. >

Clark hizo lo mismo, en el lado opuesto de la cama. Una vez en la cama, frente a frente, Clark comentó, -Lois, creo que tendrás que cambiar la foto de ese marco.-

Lois miró hacia la foto y comprendió lo que quería decir. -Sí. Tendré que tomar una con las dos juntas.- El comentario había servido para romper un poco el hielo, y este era el momento indicado para hablar. — Clark, ¿te gusto?- Preguntó Lois, un poco preocupada por si había sido muy directa. No era que la pregunta le hubiera sorprendido, pero no estaba esperándola tan rápido. -Lois… yo…- Si quería una relación con ella tenía que ser franco con ella. Una relación se basa, entre otras cosas, en la confianza. No podía mentir. Sería peor a la larga. -Sí, me gustas. En realidad… te quiero, Lois. Estoy enamorado de ti desde el día que nos conocimos.- <Eso es. Ya lo he dicho. >

-Clark, creo que yo también estoy enamorada de ti. Sé que es raro,- Lois empezó a explicar. -Clark, ¿piensas que entendemos a Lara y a Billy porque nos pasó lo mismo?- Había estado cavilando la pregunta por momentos.

-Probablemente. Estaba un poco impresionado al principio. Mi hija besando a un chico que no había visto en mi vida. La verdad es que nunca había estado interesada en los chicos. No le había dado importancia porque creía que era muy joven pero…- comentó Clark, — Ellie y Lara ya no son dos niñitas, Lois, aunque creo que son lo suficientemente responsables, y tienen un buen ejemplo de lo que pasa si no lo son.-

-Clark, creo que hemos perdido quince años, probablemente por mi culpa,- Lois volvió a la cuestión original. -Nuestro amor ha durado aunque hayamos estado separados. Pero ahora estamos juntos de nuevo.-

-Sí, cariño, juntos de nuevo. Pero iremos con cuidado. Tenemos nuestra primera cita el domingo,- añadió Clark.

-¿Me has llamado cariño, Clark?- Lois pensó que había entendido mal.

Clark se dio cuenta del error. <Cuidado Kent, eso es pasarse. > -Eh… si creo que sí. Lo siento, Lois, no quería…-

-Shhh…- el dedo índice de Lois selló sus labios. -No me importa. Es más, me gusta. Pero no me llames de esta manera en público. Era bastante obvio que nos conocíamos de antes. Y con dos hijas gemelas, aunque no supieran la existencia la una de la otra, es evidente que nosotros nos conocimos de una manera bastante íntima. La gente puede empezar a hacer cábalas. Aunque creo que más de uno ya tiene una idea.- No pensaba mal de gente como Perry o Jimmy, pero no le gustaban algunos otros compañeros que se distinguían por sus cotilleos. Y a ella no le gustaban los chismosos. Sabía lo que se cocía por la redacción después del asunto de Claude.

-¿Te importa lo que la gente piense?- Inquirió Clark para que Lois continuase.

-No, no exactamente. Era lo que le decía esta mañana a Perry. Tuve una mala relación en el pasado. Era mi compañero, me sedujo, se acostó conmigo, y no precisamente como estamos tú y yo ahora. Todo fue premeditado para robarme una historia. Nadie me creyó, excepto Perry, pero no tenía hechos concretos. Era la palabra de uno contra la del otro. Perry se deshizo de él lo más rápido que pudo,- dijo Lois abriendo su corazón. -Para rematar, esparció por la redacción rumores acerca de, según él, mi pésimo "rendimiento" en cierto lugar… Aunque todo hay que decirlo, él tampoco era nada del otro mundo.-

-Gracias, Lois.- Dijo Clark preocupado.

-¿Por qué?-

-Por abrir tu corazón. En una relación es importante compartir los sentimientos. Eso significa que confías en la otra persona. La redacción puede irse al infierno. Lo que pase entre nosotros no es asunto suyo.- Respondió Clark.

-La verdad es que sólo tengo dos amigos en la redacción. Perry, que es como un padre para mí, y Jimmy, que es el hermano que nunca tuve. Además, es el novio de mi hermana,- explicó Lois.

-¿De veras?-

-Han estado saliendo juntos casi un año, Lucy suele irse pronto a vivir con sus novios pero con Jimmy es diferente,- aclaró Lois. -No quieren acelerar las cosas.-

-No son como nosotros. ¿Fíjate? Tenemos dos hijas adolescentes, dormimos juntos y ni siquiera hemos tenido una cita de verdad,- bromeó Clark.

Lois sonrió el chiste. Con él podía estar relajada. Bromeaban el uno con el otro y no les importaba. -Hablando de dormir… creo que es la hora; mañana va a ser un día muy largo.- Se miraron el uno al otro y Lois dio a Clark un pequeño beso en los labios. -Te quiero, Clark.-

-Yo también te quiero, Lois,- repitió Clark.

***

Sábado

Lois despertó despacio sintiendo otra presencia en su cama. Estaba acostada a su lado con el brazo sobre su pecho. Había dormido bastante bien, mucho mejor de lo normal. Siempre preocupada por el trabajo, el siguiente artículo, la siguiente entrevista. No había habido nada de eso esta noche. Durmió toda la noche de un tirón con él a su lado. Se podría acostumbrar rápidamente a dormir con él, acurrucada entre sus brazos. Sólo había sido, de momento, por esta noche. Hoy él se instalaría definitivamente en su nuevo apartamento. Aunque no era como si fuera a irse al extremo contrario de la ciudad, lo echaría de menos. En ese momento Clark despertó.

-Buenos días, Bella Durmiente,- dijo Clark un poco dormido.

-Buenos días, granjero,- replicó Lois. -¿Has dormido bien?-

-Mejor que nunca. ¿Y tú?-

-Mejor de lo que puedo recordar,- respondió Lois sonriendo al salir de la cama. -Tenemos que darnos prisa o llegaremos tarde a trabajar.- Caminó en dirección a la puerta y salió de la habitación.

Clark se levantó, bostezando. Le había encantado la sensación de despertarse con Lois a su lado. Se podía acostumbrar a ello. Caminó alrededor de la cama e hizo lo mismo que había hecho Lois unos segundos antes. Dejó la habitación y se dirigió al baño. Se encontró con Lois al tiempo que ella salía. -Será mejor que entre antes de que las otras mujeres se me adelanten,- le dijo Clark, entrando en el baño.

Lois dejó a Clark y se dirigió a la cocina. <¿Qué hago aquí? Yo no voy a hacer el desayuno. > En ese momento vio a Lucy entrar en la cocina, seguida de Lara y Ellie. -Buenos días, jovencitas…- dijo Lois, -y Lucy.-

-Hey, ¿insinúas que no soy una jovencita?- Protestó Lucy.

-Sí.-

-Parece que está de buen humor hoy,- comentó Lara. -No paso nada, ¿verdad?- Preguntó Lara a su madre.

-Nada. No os preocupéis, no vais a tener un hermanito o una hermanita… todavía,- añadió Lois con un punto de broma.

-La verdad es que no me importaría un hermanito,- replicó Ellie a la broma de su madre.

-Tal vez otro día.- Lois intentó cambiar de tema de conversación. — ¿Qué vais a hacer hoy?-

-Voy a mostrar Metrópolis a Lara,- explicó Ellie, mientras su padre entraba en la cocina y daba un beso en la mejilla a cada una de sus hijas. -Aparte de eso, nada interesante.-

-¿Quién hace el desayuno? Estoy muerto de hambre,- interrumpió Clark y oyó a Lara quejarse sobre su apetito, -¿Cuándo no lo estás?-

Las mujeres se miraron para ver como respondían a la pregunta de Clark, y hablaron al mismo tiempo, -Tú,- apuntando a él.

***

-Ese hombre… ese hombre me ha salvado,- Lois oía al hombre repetir los balbuceos mientras apuntaba a Clark. <Esto no es bueno. > -Vamos, está histérico, No se ha movido de mi lado, lo habría notado, ¿no?- Comentó Lois, tratando de desviar la atención de Clark. Lo mejor que podían hacer era abandonar aquel lugar lo más rápido posible. Tenía que hablar con Clark, era consciente de que había salvado a aquel hombre. -Ha sido arriesgado,- comenzó Lois.

-Sí, pero no podía dejarle morir,- explicó Clark.

-Lo sé, lo sé.-

-Todos estos poderes que tengo son un don, y me gusta ayudar cuando puedo. Esa es la razón por la que no estoy mucho tiempo en un sitio, excepto en Smallville,- dijo Clark preocupado.

-Ya veo.- No queriendo discutir más el asunto, Lois cambió de tema. — Mira como te has puesto, no puedes ir a la oficina con estas pintas; tendrás que cambiarte de ropa. Tal vez deberías tener un traje de repuesto…- apuntó Lois a Clark. Se dio cuenta de que la mirada de Clark había cambiado. -Un traje de repuesto.-

-¿Estás pensando lo mismo que yo?- Preguntó Clark.

-Un traje para hacer rescates.-

-Sí.- La idea era fantástica. Podría llevar una vida normal y al mismo tiempo ayudar a la gente.

-Te advierto que no sé coser muy bien,- advirtió Lois rápidamente.

-Eso no es problema, mamá puede ayudar; nos hacía disfraces de Halloween para mí y para Lara,- aclaró Clark. -Cuando vaya a Smallville se lo comentaré.- Fueron a casa y Clark se cambió la ropa y volvieron al Daily Planet.

***

Todas las cosas de Lara y Clark estaban ya en su nuevo apartamento. Clark había volado bastantes veces hasta Smallville; esperaba que nadie le hubiera visto mientras hacía la mudanza. Como sus padres habían ido hasta el pueblo, no pudieron hablar. Sabían, sin embargo, que Clark se dejaría caer por la granja para recoger las cosas. Clark se encontraba cerca de la puerta cuando Lois y las chicas entraron al apartamento.

-Veo que ya has traído todas las cajas. ¿Seguro que no te has olvidado de nada?- Preguntó Lara.

-No lo creo; mamá y papá ya tenían todo listo. Y antes de que lo preguntes, he sido cuidadoso y no he vaporizado nada,- replicó Clark.

-Estamos listos para empezar,- comentó Lois.

-Mamá, creo que somos NOSOTROS los que estamos listos para comenzar,- dijo Lara como aclaración a su madre, señalando a su hermana y a su padre.

-Lois, te juro que estoy muy agradecido porque quieras ayudarnos… pero será mejor que te quedes quieta ahí sentada en la silla,- dijo Clark, sintiéndose un poco culpable.

-¿Por qué?- Preguntó Lois furiosa, según se sentaba en la silla sujetando el teléfono móvil de Clark en su regazo. No le gustaba nada que la trataran como una mujer que no servía para nada. Era capaz de ayudarles a colocar las cosas. Que fuera menos fuerte no quería decir nada.

-Espera y verás,- respondió Ellie sonriendo a su madre.

-¿Listos?- Oyó Lois a Clark preguntar a sus hijas. En ese momento Lois entendió por qué no querían su ayuda. Les molestaría mientras se movían a supervelocidad. Y si uno de ellos la golpeaba, podía hacerse bastante daño.

-Listas,- respondieron las chicas al unísono. De repente, las tres figuras desaparecieron y tres siluetas borrosas comenzaron a moverse a lo largo y ancho del apartamento. Eso era lo único que Lois podía ver. Bueno, también podía notar como las cajas iban vaciándose y siendo separadas mientras empezaba a haber más cosas en el interior del apartamento.

Nada más empezar, el teléfono de Clark sonó entre las manos de Lois. <Vaya inoportuno. > Cogiendo el teléfono, se preparó para contestar al mismo. -Diga.-

-Ehh…- dijo la voz, que por su tono de duda dejaba bastante claro que no esperaba una voz femenina al otro lado del teléfono. -¿Quién es usted? ¿No es éste el teléfono de Clark Kent?-

-Ehh… ¡Ah!- Comenzó Lois despistada, -Soy Lois Lane. Estoy en el apartamento de Clark en estos momentos. ¿Y usted es…?- Preguntó Lois a la voz.

-Soy su madre. Espere un minuto; ¿ha dicho Lois Lane? ¿La periodista? ¿Qué está haciendo usted con el teléfono de mi hijo?- Inquirió Martha Kent.

-Clark está ocupado en estos momentos, Sra. Kent,- contestó Lois, cuando sintió la mano de Clark en su hombro. Observando la habitación a su alrededor, se dio cuenta que ya habían terminado. La llamada de la madre de Clark la había distraído. -Rectifico, Sra. Kent. Acaba de terminar,- dijo Lois tendiendo el teléfono a Clark.

-Hola mamá,- comenzó. -Si, ella es… Estaba ordenando el apartamento… Sí… Creo que un poco sorprendida,- dijo Clark, mirando a Lois. -Por supuesto mamá, hablaremos más tarde. Está bien… Adiós mamá.-

-¿Qué dijo la abuela?- Preguntó Lara curiosa.

-Cenamos en Smallville,- respondió Clark.

-¿Hoy?- Preguntó Lois incrédula. <¿Cómo puede llegar tan rápido a Smallville? ¿Tiene algún extraño dispositivo de origen extraterrestre para viajar? A lo mejor eso explica como llegaron todos las cajas tan rápido. >

-Creo que necesito una ducha. ¿Te parecen bien las seis, Lois?- Preguntó Clark.

-¿Para qué? <Esto se está volviendo muy raro. >

-Para ir a Smallville.- Respondió Clark sonriendo.

-¿Ellie y yo también?- Preguntó Lois arqueando una ceja y mirando a Clark.

-Por supuesto. Es hora de que mis padres vean a sus dos nietas juntas, ¿no crees?- Comentó Clark. -Y querrán conocerte a ti también,- añadió.

***

A las seis de la tarde los cuatro estaban ya en el apartamento de Clark y Lois todavía no sabía cómo iban a viajar a Smallville; la única posibilidad que se le ocurría era demasiado fantástica para creerla. Clark se dirigió a la ventana y la abrió diciendo, -Primero llevaré a Lara, después a Ellie y finalmente a ti, Lois. ¿Estáis de acuerdo?-

Lara caminó hacia su padre, que la levantó con sus brazos en la cintura y bajo las rodillas. De repente empezó a flotar, y, un pestañeo después, Lois pudo ver una figura descompuesta que desaparecía.

Un poco alucinada, Lois acertó a preguntar a su hija, -¿Puede volar?- <Eso explica muchas cosas. >

-Sí. Lara y yo somos todavía jóvenes y sólo podemos flotar un poco,- respondió Ellie. -Pareces preocupada, mamá. Estás un poco nerviosa desde que papá dijo que íbamos a ir con él.-

-Tal vez, ¿y si no le gusto a sus padres?- Replicó Lois.

-Mamá, te adorarán. Son diferentes al abuelo Sam y a la abuela Ellen,- explicó Ellie al tiempo que Clark aparecía por la ventana.

-¿Lista Ellie?- Preguntó Clark, mientras Ellie y él repetían el mismo procedimiento que Lara había seguido. -Esta es la primera vez que te voy a llevar volando, no te asustes aunque volemos muy alto; no te dejaré caer.- Dicho esto despegaron y desaparecieron.

Lois se quedó sola. Un hombre que podía volar, eso le recordaba algo. <¡Claro! El Módulo Colonizador, ¿cómo no lo había pensado? Aquel hombre vestía ropas normales, pero llevaba una máscara, o eso había creído ver. A supervelocidad, agarró la bomba, hizo algo con ella y me bajó al suelo. Después de eso, sin ni siquiera mirarla, levantó la nave y la puso en órbita, en el más estricto sentido de la expresión. > Nadie más estuvo tan cerca de él, el resto del planeta solo pudo observar aquello por televisión. Unos días antes de que eso ocurriera, Lois y Ellie habían acabado en un hangar de EPRAD, no muy cómodas ya que estaban encadenadas, por cortesía de Antoinette Baines. En aquella ocasión, no estaba segura cómo Ellie se había librado de las cadenas, y supuso que habría sido que faltaba un eslabón. Ahora, a la luz de lo que había aprendido en los últimos días, aparecía la posibilidad de que, en el momento de pánico debido a esa situación de vida o muerte, la niña, que sólo tenía diez años de edad, hubiera podido concentrar sus emergentes superpoderes para romper las cadenas. Los pensamientos de Lois volvieron a aquel hombre. <¿Por qué no me reconoció en aquel momento? Todo ocurrió tan deprisa que probablemente ni siquiera se fijara en la cara de aquella loca que se había colado en la nave; si le hubiera mirado, tal vez la habría reconocido y… >

Clark estaba de pie enfrente de una Lois perdida en sus pensamientos. Sonriendo, Clark la cogió del mismo modo que a las chicas. -Iremos más despacio, ya que tu no eres invulnerable, y no queremos que te vaporices.-

Lois salió de sus pensamientos con las palabras de Clark, cayendo en la cuenta de que ya no estaban en el apartamento. — ¡Hey, estamos volando!- Pasó sus brazos alrededor del cuello de Clark y se aproximó a él. -Tu fuiste el que salvó el Módulo Colonizador.-

-Sí.-

-Y yo la periodista curiosa que cortó los cables cuando descubrió la bomba,- dijo Lois sonriendo.

-¡Qué! ¿Tú eras aquella mujer?- Preguntó Clark incrédulo.

-Entre la bomba, el módulo y que no te reconocieran, no me pudiste echar una buena mirada. Estoy segura de que si lo hubieras hecho al poco tiempo habrías aparecido por Metrópolis para buscarme,- explicó Lois.

-¡Te tuve en mis brazos hace cuatro años y no me di cuenta!- <Idiota, tonto, zoquete… >

-Y ahora entiendo por qué lo hiciste, especialmente después de esta mañana. Te gusta ayudar a la gente, pero quieres vivir tu vida en paz,- dijo Lois.

Clark escuchó a esta increíble mujer que estaba de nuevo en su vida. Cuando se conocieron, sólo había sido un breve encuentro; aquello les dio dos hijas. Esta vez no serían únicamente tres días… más bien el resto de sus vidas. Sentía que ella le comprendía, no estaba asustada de sus poderes y no parecían molestarla. -¿Te sientes incómoda con mis poderes, Lois?-

-No,- contestó ella rápidamente. -La verdad es que me gustan. De momento, volar me parece el más fantástico, entre las nubes, en tus brazos,- Lois comenzó a hablar acercándose más a Clark. -Es el único poder que puedes realmente compartir conmigo. Los poderes son una ventaja, eso sí, como esta tarde, otro día podrían salvarte la vida. Son importantes porque son parte de ti y de mis, nuestras, hijas. Y puedes hacer mucho bien con ellos.- Lois no se detuvo y siguió hablando, -Por eso tenemos que conseguir que lo del disfraz funcione.- Parecía que Lois había terminado de hablar, pero añadió, -Pero que quede claro que la idea del disfraz fue mía.-

-Sí, querida, hablaremos con mis padres de eso.-

-Antes de que me olvide, una cosa más: después del problema con el Módulo Colonizador, unas personas que decían ser agentes federales irrumpieron en el Planet buscando información. Por supuesto, no les dije nada, aunque tampoco había nada que decir porque no sabía nada de ti. Lo más curioso, o sospechoso, que es lo que a mí me parece, fue que nadie en Washington sabía de ellos y de sus actividades.- Lois paró para tomar aire. -Eso sí, al día siguiente apareció un hombre del gobierno llamado Thompson para investigar los hechos,- explicó Lois.

-¿Y?-

-¿Cómo sabes que hay más?- Preguntó Lois sorprendida de que la hubiera pillado.

La cara de Clark era de lo más expresiva y Lois no tuvo más remedio que continuar. -El nombre del grupo era Departamento-39 y eran algo parecido a una rama medio secreta, medio militar del gobierno, que se dedicaba, y, probablemente, se dedica, al rastreo de ovnis. Los comandaba un hombre llamado Jasón Trask. Fui capaz de rastrear su pista hasta un almacén; saqué algunas fotos que tendré que enseñarte algún día.- Se detuvo como para incrementar el misterio, y sonriendo continuó, -Ahora recuerdo una foto… Aquella nave fue probablemente la que más me impactó ver. Era distinta a los demás objetos, parecía real, pero era pequeña, como para un bebé.-

Viendo a hacia donde se dirigía, Clark intervino, -¿Crees que era la mía? Sabes que mis padres biológicos me enviaron a la Tierra cuando era un bebé,- dijo Clark. Recordaba el día en que sus padres le habían dicho la verdad sobre sus orígenes.

-Estoy SEGURA de que era tu nave,- dijo Lois con una firmeza que no dejaba lugar a dudas. -Hasta hoy no me había fijado de que Lara lleva una cadena en el cuello. En el frente de la nave estaba el mismo símbolo en forma de S que Lara lleva en el colgante.-

-¿El emblema de El?-

-¿El?-

-Sí. Mi apellido familiar en Kripton,- dijo Clark, pero sin continuar. -Por cierto, ¿por qué escogiste Lara?-

Lois no entendió a que venía la pregunta. -No lo sé. Me gustaba Laura, pero… Lara apareció en mi mente. Y es un nombre precioso, ¿no?-

-Sí, lo es.-

-¿Por qué lo preguntas?- Curioseó Lois.

-Lo entenderás luego,- dijo Clark sonriendo, -Vamos a aterrizar.-

***

Martha Kent estaba en la cocina preparando la cena. Pensó que había oído el sonido que normalmente anunciaba que Clark había llegado, pero no entró. De repente, escuchó un segundo bang sónico, y lo siguiente que escuchó fueron voces provenientes del exterior que se aproximaban a la casa. Caminó hacia la puerta principal, al tiempo que dos figuras la abrían. Eran sus nietas. Por primera vez las veía juntas.

-Hola, abuela,- saludó Lara, según caminaba hacia ella, y la abrazó. — Te he echado de menos.-

-Supongo que tú eres Lara,- dijo Martha, besando la mejilla de su nieta.

-Sí. Y ella es Ellie, pero por supuesto ya la conoces,- dijo Lara entre risitas. -¿Dónde está el abuelo?-

-Está afuera. Esto va a ser una sorpresa para él,- comentó Martha.

-¿Por qué? Se lo has explicado todo, ¿no?- Preguntó Ellie.

-No, no lo he hecho. Pensé que seria más divertido de esta forma,- dijo Martha a las niñas con una sonrisa maliciosa.

-En un instante veremos su reacción, porque se está acercando,- añadió Lara al oír los pasos de su abuelo en el exterior.

-Martha, creo que he…- comenzó Jonathan a decir según abría la puerta, pero se detuvo. Se había quedado sin palabras, no esperaba ver a su nieta y a otra chica que era su viva imagen, ropas aparte, enfrente de él, las dos moviendo las manos saludándole.

-¿Ha merecido la pena, abuela?- Preguntó Ellie, sabiendo que Martha estaba disfrutando con la cara que había puesto su marido.

-Sí, si que lo ha hecho. Ha sido toda una sorpresa para él,- respondió Martha sonriendo.

-Esto no ha sido nada,- replicó Lara. -Tendríais que haber visto el show que montaron mamá y papá en la redacción del Daily Planet, por culpa nuestra, todo sea dicho. Por suerte, fuimos capaces de cortarles a tiempo; de cualquier otra forma aquello hubiera sido la Tercera Guerra Mundial.-

-Habría pagado por estar allí,- dijo Martha.

-¿Qué está ocurriendo aquí?- Preguntó Jonathan saliendo de su sorpresa.

-Ah, perdón, señor Kent,- se disculpó Ellie. -soy Ellen Lane, tu otra nieta.- En esto oyeron un sonido en el exterior. -Son mamá y papá.-

-¿También viene Lois?- Inquirió Martha.

-Sí, papá dijo que querías conocerla,- aclaró Lara.

-Pero acabas de decir que no se llevan bien,- apuntó Jonathan.

-Eso fue al principio, ahora se llevan realmente bien,- dijo Lara sonriendo. -La verdad es que anoche durmieron juntos.-

-¡Qué!- Gritaron los Kent al mismo tiempo.

-Tranquilos. No oímos que pasara nada. Y tenemos un oído realmente fino,- calmó Ellie a sus abuelos.

Oyendo la puerta abrirse, se dieron la vuelta. Una pequeña mujer de pelo moreno entró seguida por Clark. Cuando la puerta se cerró, Clark dijo, -Mamá, papá, esta es Lois Lane, la madre de Lara y Ellie.-

***

La cena en Smallville había sido totalmente diferente a como Lois esperaba; lo había pasado muy bien riendo y conversando con los Kent. Las anécdotas acerca de Clark y Lara se habían sucedido una tras de otra y ella también había colaborado con alguna de Ellie y de ella misma. Como Ellie había dicho, los Kent eran gente agradable, muy diferentes de sus propios padres, y les estaba muy agradecida por haber ayudado a Clark a cuidar a Lara. Ahora el resto de la gente había desaparecido, no se sabía adónde, y Lois estaba a solas con Martha Kent.

-Eres la primera mujer, aparte de Lara, por supuesto, con la que puedo hablar de mi hijo libremente desde que lo encontramos. Y estoy muy feliz de que te haya encontrado de nuevo. Por él y por ti.- Comenzó Martha.

-¿Por mí? ¿Por qué?- Preguntó Lois curiosa, no entendiendo a la mujer.

-Lois, cariño, soy vieja pero no estoy ciega. Las chicas me dijeron antes que la noche pasada dormisteis juntos,- Lois levantó su mano para interrumpir, pero Martha no la dejó hablar. -Estoy segura de que no ocurrió nada,- Apuntó Martha, — por otra parte, he visto como te mira… y he visto como le miras, y en esas miradas hay algo más que amistad…- dijo Martha dejando la frase sin concluir, permitiendo esta vez continuar a la otra mujer.

-Ayer sólo hablamos, mostramos nuestros sentimientos… nos queremos. Eso es muy cierto, pero no puedo dejar de sentir algo de miedo,- explicó Lois.

-Es muy normal que sientas miedo,- dijo Martha tomando la mano de Lois. -Todo el mundo está asustado cuando una relación comienza, pero tiene que haber algo cuando las dos veces que os veis os enamoráis locamente el uno del otro. No estoy diciendo que no vayáis a tener altibajos o discusiones en la relación; eso es imposible. Sois personas diferentes, y vuestras opiniones sobre diversas cosas pueden ser las mismas o no. Por ejemplo, las niñas, las habéis cuidado de manera distinta y en lugares distintos.-

Lois escuchó serenamente a la mujer, que en un futuro, probablemente, sería su suegra. Se sentía a gusto con ella. Era un poco irónico que se llevara, de momento, mejor con una desconocida que con su propia madre. Martha no había mencionado para nada los hechos de hace quince años, no como su madre que sacaba la cuestión cada vez que la visitaba. Ellen Lane no se había ablandado con ella ni cuando le puso su nombre a una de las niñas. No es que le hubiera puesto el nombre a Ellie por contentar a su madre, pero no funcionó. Las relaciones con ella empeoraron a pesar de que intentaron ayudarla con la niña. Pero Ellen se pasaba todo el día protestando y discutiendo con Lois. Eso sí una cosa que no podía criticar, era que sus padres querían mucho a Ellie, incluso su padre, que siempre había querido tener un hijo. Volviendo al presente, Lois se levantó y abrazó a Martha, diciendo, — Gracias Martha.-

En ese momento Ellie entró en la cocina. -Lara me ha dicho que quería enseñarnos algo. Habló con papá también. Ahí viene,- dijo Ellie según Clark y Jonathan entraban en la cocina.

-¿Dónde está Lara?- Preguntó Clark.

-Estoy aquí, papá,- contestó. Había bajado las escaleras y se había movido hacia el interior de la cocina. Llevaba entre sus manos un objeto que centelleaba.

-¡El globo!- Exclamó Ellie, al tiempo que su hermana lo situaba en el centro de la mesa.

-Tócalo,- dijo Clark a Ellie. Tan pronto como su mano contactó con la superficie del globo, dejó de centellear y comenzó a brillar. Un holograma apareció en el medio de la cocina. Eran un hombre y una mujer. El hombre se parecía a Clark, pero de mayor edad. A su lado había una mujer. Tenía una cabellera pelirroja y rizada. Sus ojos eran verdes; ambos llevaban el mismo símbolo que Lara en su colgante y que Lois había visto en la nave.

-El escudo de El,- fue lo único que Lois acertó a decir en un susurro.

-Jor-El y Lara,- dijo Ellie en cambio, recordando lo que Lara le había contado en su primer día juntas en la cabina de aislamiento.

<¿Lara? > Pensó Lois. <Por eso Clark me preguntó acerca del nombre. Increíble. Le he puesto a mi hija el nombre de su abuela sin saberlo. >

-Somos Jor-El y Lara,- comenzó el hombre. Uno tras de otro aparecieron cinco mensajes que explicaban lo que había ocurrido en Kripton y que ayudaron a Lois a entender como alguien podía haber abandonado a un bebé en un planeta que no era el suyo. Cuando los mensajes terminaron, Ellie retiró su mano del globo, que ahora centelleaba de nuevo.

-Es extraño, otras veces, después de mostrar los mensajes, deja de centellear,- comentó Clark.

-A menos que…- comenzó Lara pensando; se les pasaba algo por alto. De repente, soltó, -¡Eso es! Mamá, tócalo,- ordenó Lara a su madre.

-¿Yo?- Lois no entendía porque Lara quería que tocara el globo. De todas formas, hizo lo que su hija había dicho colocando su mano sobre el globo, que comenzó a brillar de nuevo. Esta vez sólo apareció Lara, que comenzó a hablar.

-Tú eres la Elegida,- la Lara holográfica sonrió a Lois; -la Elegida por mi hijo para compartir su vida con él. Este dispositivo está conectado a mi hijo. Cuando su corazón te eligió, el globo conectó contigo. Los eventos desde aquel momento están en él. Por ello, tu presencia ha activado el globo de nuevo y está mostrando este mensaje. Es una lástima que Jor-El y yo no podamos conocerte. Tú debes ser su amiga y su apoyo. Confiamos en ti como lo hicimos anteriormente con las personas que cuidaron de él cuando era tan solo un bebé.- Hizo una pausa. -No sabemos mucho de biología humana, más allá de unas nociones básicas. Esto significa que existe la posibilidad de que Kal-El y tú no seáis genéticamente compatibles. Si tenéis hijos o no, el tiempo lo dirá. Observa que he dicho, genéticamente compatibles, no físicamente. No creo que físicamente haya ningún problema,- dijo Lara señalando con su dedo índice, mostrando una sonrisa maliciosa. Ésta fue la única vez que vieron realmente sonreír a Jor-El o a Lara. Esa sonrisa recordó a Lois a sus hijas. En ese momento, miró a Clark, que estaba rojo como un tomate, y sintió como el calor subía hasta sus mejillas, y se dieron cuenta de que las otras personas de la habitación estaban mirándoles, después de escuchar el comentario de la Lara adulta. — Cuida de Kal-El, hija mía. Está en tus manos. Adiós.- El holograma desapareció y el globo pareció relajarse.

Una lágrima se deslizó por la mejilla de Lois. La madre de Clark confiaba en ella; era una gran responsabilidad, pero eso era el amor… cuidar el uno del otro.

***

Domingo

Jimmy y Clark no se esperaban una impresión tan grande cuando fueron a recoger a Lucy y a Lois a su apartamento. Lucy estaba fantástica, pero para Clark, Lois estaba sencillamente deslumbrante. El vestido no enseñaba mucho, pero era tan ajustado que no dejaba mucho para la imaginación. Lois, por su parte, tampoco esperaba que la visión de Clark en smoking fuera tan impactante. Durante casi un minuto los cuatro estuvieron mirando a su pareja atentamente, como perdidos; después se dirigieron al hotel Lexor.

Allí, todas las miradas se fijaron en Lois y Clark. Era de sobra conocido en Metrópolis que la vida social de la periodista estrella del Daily Planet no era algo a lo que le diera excesiva importancia. Lois sintió una morbosa satisfacción al saber que la mayoría de la gente que les miraba estaban esperando que apareciera en solitario. Además, la mirada de muchas de las mujeres allí congregadas se dirigía a su compañero, siendo objeto de la envidia de la inmensa mayoría. La lástima sin duda alguna era que Cat estaba de vacaciones, y eso limitaba el placer de levantar tales envidias. En ese momento, la música comenzó y el sonido de un vals inundó la habitación.

-¿Te gustaría bailar?- Preguntó Clark.

-Sí.- Clark agarró la mano de Lois y la dirigió hacia la pista de baile, comenzando a bailar.

-El Danubio Azul, Johann Strauss; creo que es uno de los mejores que compuso.-

-No sabía que te gustara ese tipo de música,- comentó Lois sorprendida.

-¿No? Me gusta la música clásica, pero también música moderna. La primera vez que escuché esta pieza fue viendo 2001, Una Odisea Espacial,- explicó Clark. -Tenía doce, creo; la escena es hipnotizante. La música acompañando a la estación espacial girando en el medio del espacio.-

-Estoy descubriendo cosas interesantes sobre ti, Clark Kent,- replicó Lois. -¿Dónde aprendiste a bailar?-

-Eh, me enseñó una princesa nigeriana,- aclaró Clark.

-¿Tengo que estar celosa?- Preguntó Lois maliciosamente.

-No, Lois. Nos besamos una vez,- dijo Clark. -El beso que me diste el viernes por la mañana significó mucho más para mí que todos los besos que me han dado otras mujeres.- La frase hizo que las mejillas de Lois se pusieran coloradas.

La noche fue maravillosa para Lois; bailaron, hablaron entre ellos y con amigos; ella le presentó a algunas personas, mayoritariamente conocidos de su vida de reportera. Cuando la fiesta terminó, ambos caminaron hasta su edificio. Las niñas probablemente estuvieran en la cama. La puerta de Lois estaba primero, según subían las escaleras. Lois abrió la puerta, no queriendo darse la vuelta para no mirarle a los ojos; tendría esa mirada de cachorrillo. Pero no pudo evitar mirarle. Ambos fijaron sus ojos el uno en el otro. No hubo palabras. Los labios se aproximaron y el beso comenzó. Cuando el beso acabó, Lois entró en el apartamento. Las palabras no eran necesarias. El beso aclaró mejor los sentimientos que un millón de palabras. Ni siquiera recordaba el tiempo que habían estado besándose; podrían haber sido diez segundos o diez minutos. Fue increíble. Un beso de Clark era capaz de inducir en ella sensaciones que nunca había sentido con otro hombre. Ni siquiera cuando había tenido sexo con ellos. <¿Ha podido Clark, sólo con un beso, hacerme alcanzar…? > No estaba segura, pero las sensaciones eran muy cercanas a aquellas que había sentido mucho tiempo atrás. Una cosa era segura: el beso había significado algo; su relación había alcanzado el siguiente nivel.

***

Lunes

En casa de sus padres en Smallville, Clark y su madre trataban de encontrar un traje adecuado para sus rescates. No le habían gustado nada los anteriores que había probado, pero ahora vestía uno azul y rojo, con la capa y las botas también rojas.

-¿Te gusta?- Preguntó Martha.

-No estoy seguro…- Respondió Clark. Al menos era mejor que los anteriores.

-Es como si le faltara algo…- cavilaba Martha en voz alta. — ¡Eso es!- Agachándose al lado de la cama sacó un viejo baúl; lo abrió sacando una mantita azul. Mostrándosela a Clark dijo: — Esto, El escudo de la casa de El.-

Minutos después, Clark volaba hacia Metrópolis con su nuevo traje. Lois podría cubrirle en su pequeña ausencia en el Planet. De repente oyó un grito pidiendo ayuda. <¡Lois! >

Acelerando su velocidad, se dirigió a la ciudad lo más rápido que pudo. Vio a un hombre con una pistola que sujetaba a una rehén. Lois era el rehén. Sin dar tiempo al hombre a reaccionar, Clark le quitó la pistola y liberó a Lois de su captor. El hombre y toda la gente que se había congregado además de la policía estaban anonadados.

Cuando finalmente se recuperaron lo suficiente para reaccionar, el hombre estaba totalmente atado. Al lado de Lois se encontraba un hombre que vestía un traje azul: Clark. Apenas podía reconocerlo. Era difícil; su pelo era diferente y su presencia era mucho más imponente que la de Clark. Además, no llevaba las gafas, y el llamativo traje hacía que la gente, sobre todo las mujeres, no se fijasen en su cara.

-¿Se encuentra bien, Señorita?- Clark preguntó a Lois.

-Ehh, sí, creo que sí,- dijo Lois intentando parecer lo más impresionada posible. No quería que nadie descubriera que ya se conocían. -¿Quién es usted?-

-Un amigo.- Dijo Clark tratando de no ruborizarse y lo más serio posible; no estaba precisamente acostumbrado a ser el centro de atención.

-¿Y qué está haciendo aquí?-

-Ayudar,- <Creo que de momento esto será suficiente. > -Debo irme.- Comenzando a levitar sobre el suelo Clark, escuchó los sonidos de admiración de la gente que les rodeaba a él y a Lois.

-Espere,- mandó Lois a Clark.

-¿Sí?- Preguntó Clark un poco sorprendido por la osadía de Lois.

-¿Le importa acercarme hasta del Daily Planet?- Inquirió Lois. <Esto va a ser divertido. >

-No, me parece que está en mi camino,- respondió Clark según levantaba a Lois por la cintura y despegaba en dirección al Daily Planet.

Cuando estuvieron lo suficientemente altos y lejos de oídos indiscretos, Lois habló de nuevo, -Gracias, Clark.-

-De nada, cariño,- dijo dándole un beso en la mejilla. -¿Al Planet?-

-¿Dónde sí no? Tengo que enseñarte a Perry, de otra forma no me creería,- dijo Lois esperando que Jimmy tuviera la cámara cerca.

Abriendo las ventanas con su superaliento, Clark entró en la redacción del Planet y descendió lentamente en las proximidades de la mesa de Lois.

-Gracias,- dijo Lois tímidamente. Clark flotó de nuevo para marcharse. -¿Cómo puedo encontrarle?-

-Andaré cerca.-

-Me debe una entrevista,- dijo Lois desafiante.

-Lo tendré en cuenta para otro día. Ahora tengo que irme,- terminó diciendo Clark, y despareció como un rayo.

Lois, todavía un poco distraída, oyó una pregunta a su lado, — ¿Y la S que significa?-

-Super… super… Superman.-

***

Martes

Los nervios de Lois y Clark, así como los de Perry, estaban a flor de piel. La primera página del Daily Planet mostraba el primer rescate del nuevo superhéroe de la Tierra, Superman. La autoría compartida del artículo y una entrevista posterior con Superman eran un cebo bastante claro para Trask y su panda de matones. ¿Sería Trask capaz de intentar la misma jugada que hace cuatro años? Esta vez estaban preparados y le tenían una sorpresa preparada. Cuando las puertas del ascensor se abrieron y aparecieron los hombres del Departamento-39 con Trask a la cabeza, Lois no se hizo esperar y con el dispositivo electrónico marcó la señal para que Henderson se presentara lo más rápido posible.

-Todos lejos de sus mesas; esto es una investigación federal,- dijo Trask. Los hombres de Trask comenzaron a desplegarse a lo largo del Daily Planet. Esta vez iban armados y se estaban asegurando de que nadie hiciera un movimiento sospechoso. — Buscamos a Lois Lane y a Clark Kent,- dijo mostrando una orden federal y caminó hacia ambos. — Hola de nuevo, señorita Lane, y supongo que usted será Clark Kent,- comentó Trask al tiempo que entregaba a Lois la orden.

Cogiendo el papel, Lois lo leyó rápidamente, y enfrentándose a Trask, dijo, -No creería que nos iba a tomar el pelo de nuevo.- Agitando el papel en la cara de Trask continuó, -¿Cree que somos tontos? Hace cuatro años nadie en Washington tenía ni idea de quienes eran ustedes, y creo que ahora tampoco la tendrán. Este papel no tiene ninguna validez legal. Es más, ¿supongo que sabrá que es delito hacerse pasar por agente federal?-

-Así que nos estaba esperando,- comentó Trask. -¿Cómo lo supo?-

-El almacén de Bessolo Boulevard era bastante interesante y saqué unas fotos realmente buenas,- dijo Lois ante la atenta mirada de Trask. -El símbolo del traje de Superman es bastante llamativo y era obvio que haría la conexión. Por eso en el momento que salió del ascensor hemos llamado a la policía.-

-Tengo tiempo suficiente para lo que quiero,- replicó Trask, — ¿Dónde puedo encontrar a Superman?-

-¿Para que quiere a Superman?- Inquirió Clark, hablando por primera vez.

-Me gustaría enseñarle algo,- dijo Trask, y haciendo una señal mandó aproximarse al hombre que estaba detrás de él. Llevaba una caja metálica. -Ábrala,- ordenó Trask.

El hombre obedeció la orden de su superior y todos vieron una roca verde que brillaba levemente. Lois supo inmediatamente lo que era y miró a Clark, que estaba intentando no mostrar el dolor que sentía, aunque Lois pudo leerlo en su rostro. Clark colocó sus manos en el estómago y Lois tuvo una idea. En ese momento, el hombre cerró la caja. La mente de Lois buscaba a toda velocidad una razón para el súbito malestar de Clark. -¡Te lo dije!- Gritó de repente, y Clark la miró sorprendido, pero entendió lo que Lois tramaba. -Nooo, no me darán dolor de estómago, dijiste. ¿Cómo pudiste comer diez Twinkies, cinco Ding-Dongs… — se detuvo para respirar y le apuntó con el dedo agitando la cabeza en un gesto de disconformidad, -… ah, y no olvides la mitad del pastel de manzana que las niñas hicieron ayer? Eres peor que un crío de seis años. Vamos siéntate,- dijo Lois a Clark según agarraba su brazo y lo acercaba hasta una silla cercana. El espectáculo había sido fructífero, toda la gente miraba a la pareja.

Lara y Ellie no debían de estar allí, cuando sus padres se enterasen las matarían… si salían de allí con vida. En otra parte de la redacción, intentaban encontrar una forma de ayudar.

<Afortunadamente, estábamos detrás del hombre cuando abrió la caja. > Dijo Lara telepáticamente a su hermana. De todas formas se encontraban separadas, cada una un lado de Trask y del hombre de la caja, al que podían ver claramente.

<Tengo una idea. Cuando estuve en Smallville vi a papá soldar algunas partes de metal. > Pensó Ellie.

<Es una buena idea y la gente está distraída con la actuación de mamá. Usaremos la visión termal en ráfagas. No podemos permitirnos ser pilladas. ¡Ahora! > Explicó Lara.

Bajando sus gafas, comenzaron a utilizar la visión termal para fundir el metal en los alrededores de la ranura de apertura, siendo lo suficientemente cuidadosas para que la temperatura de la caja no subiera demasiado y el hombre no notase que algo raro pasaba. Cuando terminaron, soplaron suavemente, y una brisa fresca envolvió el Daily Planet, solidificando de paso el metal al bajar la temperatura. Hecho esto, examinaron cuidadosamente la redacción para ver si alguien las había visto.

<Buena idea, sois unas chicas listas. > Oyeron Lara y Ellie en sus mentes.

<¿Quién eres tu? ¿Cómo…? > Preguntó Lara, sorprendida por la voz que recordaba a la de su padre pero… no creían que él las hubiera visto.

<Ya entenderéis más tarde. Gracias. > Les dijo la voz.

En otro lugar de la redacción, Trask se aclaró la garganta, y dijo, — Suponía que no me dirían nada, pero tengo otros métodos.- Sacó su pistola y apuntó con ella a Clark. — Probablemente quiera salvar a su amigo.- Y disparó, descargando todo el cargador. La gente se dio la vuelta no queriendo mirar.

Lois sintió una parte de sí desparecer; en menos de un segundo cayó en la cuenta de lo que Clark significaba para ella. El poco tiempo que habían pasado juntos se deslizó enfrente de sus ojos; no quería perderle. <Si no hubiéramos sido tan cautelosos. >

Cuando Clark vio a Trask apretar el gatillo, cerró sus ojos y toda su vida pasó por delante de sus ojos. No quería ver la bala venir hacia él. Sabía que estaba muerto; no tenía ninguno de sus poderes. Sería peor, seguramente. Descubrirían que no era humano. Sus hijas no tendrían una vida. Lois. Había desperdiciado el poco tiempo que había tenido con Lois. Le hubiera gustado casarse con ella y tener una familia. Los segundos se habían hecho infinitos. <No he sentido las balas. > Clark no se esperaba lo que vio al abrir los ojos.

Cuando la gente miró de nuevo y esperando el desangrado cuerpo de Clark, vieron una figura vistiendo el traje azul y rojo. Lois, Clark y las niñas eran las únicas personas que estaban más que sorprendidas. ¿Cómo era posible? Superman estaba de pie enfrente de Clark, flotando unos centímetros sobre el suelo. — ¡Abre la caja!- Ordenó Trask de nuevo. Pero los esfuerzos del hombre fueron vanos; las chicas lo habían conseguido. Superman sonrió a Trask mostrándole su mano, que contenía las balas que había disparado a Clark.

-Creo que esto es suyo,- dijo, y desapareció como un borrón. Cuando reapareció, todos los hombres de Trask estaban en el medio de la redacción atados y desarmados y Superman tenía la caja en sus manos.

-Eres una amenaza. Es la cabeza para la conquista de la Tierra; pronto sus amigos vendrán,- gritó Trask inútilmente.

-No soy una amenaza; usted es la única amenaza intentando matar a un hombre para probar cosas que solamente se encuentran en su imaginación,- dijo Superman. -Hasta donde sé, soy el único superviviente de mi raza y, como dije ayer, estoy aquí para ayudar.- En ese momento las puertas del ascensor se abrieron, revelando al inspector Henderson y a sus hombres.

-Ya era hora, Henderson,- dijo Lois. -Creo que para empezar estarán bien los cargos de suplantación de agente federal e intento de asesinato.-

-Es hora de irme,- dijo Superman. <Nos veremos en el apartamento de Lois. > Superman dijo telepáticamente a Clark. Superman despegó y desapareció con el consabido swosh que normalmente le acompañaba.

-¡Clark!- Gritó Lois, lanzándose entre sus brazos. -Cuando Trask disparó, sentí como si perdiera una parte de mí.- Clark acarició su pelo y escuchó sus palabras. -Tenía la sensación de haber perdido el poco tiempo que hemos estado juntos.- Se miraron el uno al otro. Después de la cita en el baile, estaban seguros de que había algo entre ellos. Escuchó a Clark decir, — A mí también.-

-Mamá, papá,- oyó Lois. Observó aparecer a sus hijas que se estaban acercando a ella. -¿Se puede saber qué estáis haciendo aquí? Esto ha sido muy peligroso,- les dijo.

-Nos hemos dado cuenta. Pero…- comenzó Lara susurrando, -¿No tienes curiosidad por saber por qué la caja no se abrió la segunda vez?- Comentó sonriendo. La mirada en la cara de Lois expresaba perfectamente que había entendido que ellas habían hecho algo. -Buenas chicas,- escuchó decir Lara a sus padres.

-¿Quién era ese?- Susurró Lois a Clark.

-Estoy como tú, pero me dijo telepáticamente que nos encontraríamos en tu apartamento más tarde.-

-Perfecto, más tarde entonces; ahora tenemos un artículo que escribir,- comentó Lois. -Clark, ¿cómo estás?-

-Estoy bien; sin poderes, pero bien. De todas formas, estuve expuesto poco tiempo. Además, creo que esto me toca muy de cerca como para escribir acerca de ello, aunque te echaré una mano,- explicó Clark.

-Esto va a ser largo, lo mejor será empezar a escribir,- dijo Lois.

-Puedo ayudarte,- se ofreció Lara.

-Ehhh…- Lois trató de replicar, pero oyó a Clark decir, — Déjala, creo que te sorprenderá.- Lois se encogió de hombros. — Bueno, tú escribirás acerca de lo que ha pasado aquí; yo voy a utilizar algo del material que encontré años atrás sobre el Departamento-39. Venga, Clark, vamos a escudriñar los archivos, y ahí me puedes ayudar,- dijo Lois con una sonrisa. Clark se levantó y se marchó con Lois.

Lara se sentó en la mesa de Clark y Ellie se situó a su lado. — Ellie, voy a escribir un poco rápido. Echa una miradita a la redacción para ver si alguien mira y de paso me intentas ocultar.- Ellie se sentó en el lateral de la mesa que permitía a la gente ver las manos de Lara mecanografiar. Oyó a Lara comenzar a teclear a una velocidad normal, pero notó que la velocidad de las pulsaciones se iba haciendo más y más rápida. De repente, Lara se detuvo e, intrigada, Ellie se volvió y miró a la pantalla. Las palabras se escribían en pantalla pero Lara no tecleaba, se había detenido para evitar llenar el buffer de teclado. Lara comenzó de nuevo. Al principio, Ellie no se había fijado en que alguien miraba a Lara. Observó a Jimmy mirándolas, un poco sorprendido. Cuando las miradas de Ellie y Jimmy se cruzaron, éste giró su cabeza y trató de desaparecer.

Ellie se levantó y fue a la caza de Jimmy; Lara la vio moverse y paró de teclear. Observó cómo su hermana ordenaba a Jimmy que entrara en la sala de reuniones. Con esto, Lara pensó que sería mejor que tecleara a velocidad normal.

<Papá, ven con mamá a la sala de reuniones. >

<¿Qué ocurre? >

<Un problema. > Ellie estaba en la sala de reuniones con Jimmy.

-Ellie, no vi nada,- le dijo Jimmy.

-Sí, claro, y el tío Perry no es un fan de Elvis,- replicó Ellie, sarcásticamente. -Vamos tio Jimmy, no es malo… al menos para ti; mamá y papá nos matarán a Lara y a mí.-

-¿Por qué?-

-No podemos utilizar los poderes en público; hemos sido descuidadas. Pero hemos tenido suerte de que hayas sido tú el que vio a Lara,- le informó Ellie mientras Lois y Clark entraban en la sala.

-Lois, no voy a decir nada a nadie de esto,- dijo Jimmy a Lois.

-¿De qué?-

-Que Ellie y Lara son las hijas de Superman,- Jimmy contestó.

Lois y Clark miraron enfadados a su hija que estaba intentando que la tragara la tierra.

-Lo que no entiendo,- continuó Jimmy,- es por qué nos dijiste que eran hijas de Clark.-

-Sé que no es el mejor momento pero… soy Superman, Jimmy,- dijo Clark al joven.

La mirada que Jimmy les echó no dejaba lugar a dudas de que no se creía mucho de esa afirmación. -Seguro, ¿y cómo…?-

-Eso lo tenemos que averiguar. En realidad no tenemos ni idea de quien era ese,- explicó Lois. -Lo único que sabemos es que si no hubiera aparecido, ahora Clark estaría muerto.-

-Muerto. Si es Superman…- comenzó Jimmy, pero Ellie le interrumpió.

-¿Por qué crees que Trask tenía es piedra?- Preguntó Ellie. — Esa piedra puede matarnos si estamos expuesto a ella por mucho tiempo; exposiciones más cortas únicamente se llevan los poderes.-

-No puedes decirle nada a nadie de esto; sólo los padres de Clark y Lucy lo saben. Bueno y, Billy. Ya ves que hay gente que quiere matarle,- dijo Lois apuntando a Clark.

-Seré una tumba,- les dijo Jimmy.

Ellie miró hacia la redacción y vio a su hermana mirándoles. — Hemos acabado. Veamos que opina Perry del artículo de Lara.- Salieron de la sala de reuniones, caminando hacia la mesa de Clark.

-¿Vendréis para darme ánimos?- Lara se levantó y caminó a grandes zancadas en dirección a la oficina de Perry con los otros detrás.

Lois se adelantó a su hija y dijo a Perry, -Jefe, tenemos algo para usted.-

-¿Un buen artículo?- Bromeó Perry.

-No lo sabemos,- dijo Lois. -Ese es su trabajo, Jefe.- Lois vio a Lara darle el artículo.

Perry leyó la cabecera del artículo y dijo con sorpresa, -¿Has escrito esto?- Mirando a Lara, ella asintió. Perry no habló. Lois no permitiría a una niña escribir su artículo, aunque… Leyó la crónica. No podía creer que una niña de catorce años escribiera de esa forma. — ¿No es una broma?- Miró a Lois desafiante.

-No,- respondió Lois. -Lo ha escrito ella solita. ¿Es bueno?-

-¿Me estás diciendo que no lo habéis leído antes de dármelo?- Preguntó Perry asustado.

-Jefe, sabíamos que era arriesgado pero confiamos en nuestras hijas,- explicó Clark.

-Está bien,- se calmó Perry, y miró de nuevo a Lois. -Creo que deberás añadir algo para compartir la autoría; no quiero que los peces gordos de arriba me atosiguen.-

-Clark y yo estamos trabajando en ello,- explicó Lois. -¿Es bueno el artículo?-

-Excelente, yo diría,- añadió Perry, apuntando a Lara. -Eres buena, chica.-

-Hey, el mérito no es sólo mío, ellos,- Lara indicó a sus padres, -me dieron el talento; yo sólo aprendí a utilizarlo.-

-Chica, con esto,- Perry mostró el papel, -tendrás un trabajo cuando quieras.-

-Es joven todavía, Jefe,- objetó Lois a la oferta de Perry. — Solamente tiene catorce años.-

-Venga Lois, tenías diecisiete cuando comenzaste como chica de los recados en verano, y no escribías como ella,- replicó Perry a su reportera.

-Diecisiete, tal vez en verano…- se relajó. -Pero trabajarías en investigación,- dijo mirando a Lara.

-Tenemos un montón de tiempo para decidirlo hasta el verano, mamá,- terminó Lara.

***

Lois abrió la puerta y entró la primera, esperando ver a Superman allí. -Aquí no hay nadie,- se quejó Lois. La voz de Lois debió alertar a quien estaba dentro, porque alguien apareció desde otra parte del apartamento, un hombre bajito. Vestía un traje que, sin duda, no era de esa época; hubiera sido perfecto para el siglo diecinueve.

-Ah, por fin han llegado. Me estaba empezando a preocupar,- dijo el hombre, con acento en su voz. Una cosa era segura: no era de Norteamérica.

-¿Quién es usted? ¿Y qué está haciendo en mi apartamento?- Inquirió Lois.

-Perdóneme, señorita Lane,- se disculpó el hombre. -Mi nombre es H. G. Wells.-

-¿El escritor?- Preguntó Clark levantado una ceja a modo de interrogación y mirando sospechoso al supuesto escritor.

-Sí…- comenzó Wells. -Bueno, no exactamente su Wells, eh…-

-¿Qué quiere decir 'nuestro Wells'?- Lois comenzaba a enfadarse y a impacientarse.

-Creo que yo puedo explicarlo mejor,- dijo otra voz, entrando en escena la figura de una mujer. Pero no cualquier mujer, era Lois Lane. Las cuatro personas que habían acabado de entrar en el apartamento estaban anonadadas. Era imposible: dos Lois Lane estaban de pie una enfrente de la otra, aunque la nueva Lois tenía el pelo más corto y sus rasgos eran ligeramente distintos.

-¿Cómo…?- Fue lo único que Clark acertó a decir.

-¿Podemos confiar en ellas?- Preguntó Lois apuntando a las niñas.

-Por supuesto,- replicó la Lois de pelo largo. -¿Cómo puedes dudar de mis hijas?- Preguntó indignada.

La otra Lois lanzó una mirada interrogante a Wells, que estaba intentando buscar una excusa, -Lo siento, pero…-

-Lo sé, lo sé; no había tiempo y no era imprescindible.- desviando su atención hacia las chicas continuó, -Tal vez luego podáis explicar por qué sois adolescentes, pero ahora se merecen una explicación.- Tomando aliento comenzó a hablar, -Él es realmente H. G. Wells y yo soy Lois Lane. La diferencia es que venimos de otro universo.-

-¿Otro universo?- Preguntó Lara.

-El suyo es uno de infinitos universos, cada uno con peculiaridades distintas,- añadió Wells.

-¿Y por qué han venido?- Esa era la cuestión principal.

-Eso nos lo puedes decir tú, Clark,- comentó Lois, sonriendo un poco.

Esto sorprendió a Clark, no esperaba que esta Lois conociera su nombre, a no ser que… -Sabes mi nombre.-

La Lois de pelo corto estaba a punto de explicar cuando vieron a Superman entrar por la ventana. -Lo siento,- dijo, -he estado un poco ocupado. Si no os importa, me cambiaré de ropa.- Comenzó a hacer un remolino y cuando hubo terminado, un nuevo Clark Kent estaba al lado de su Lois.

-¿Por qué me salvaste?- Preguntó Clark al recién llegado.

-Porque Utopía nunca existiría si Trask le hubiera matado,- intervino Wells, ganando la atención de los personajes presentes en la habitación. -Utopía será fundada por los descendientes de Superman en algunos universos, por ejemplo, en él de estos Lois y Clark,- dijo haciendo un gesto hacia ambos. -En otros, el destino lo ha hecho imposible o bien los cambios a realizar son inviables,- terminó Wells.

-Esa es la razón de su aparición. Para preservar y asegurar la creación de Utopia,- la Lois de este universo dijo.

-Eso es correcto, señorita Lane,- añadió Wells. -Y…-

-Pero usted ha dicho que Utopía será fundada por sus descendientes,- interrumpió Lara apuntando a su padre, -Lo que no entiendo por qué es importante para Utopía prevenir su muerte.-

-Es obvio,- habló el Clark paralelo; -si está muerto no puede tener hijos.-

-Eh, ¿recuerdas lo que hicimos con la cajita?- Inquirió Ellie.

-Así que sois sus hijas,- dijo el otro Clark. -Lo sospeché, pero podríais haber sido kriptonianas también. Como dijo Wells, las cosas en cada universo no son exactamente iguales.- Pensando mientras decía esto, preguntó a Wells, -Sr. Wells, si tiene descendientes, ¿por qué he tenido que salvarlo?-

-No lo sé. La única cosa que puedo decir es…- intentó explicar Wells pero las dos Lois le interrumpieron bruscamente.

-¡Eso es!- Gritaron simultáneamente. -Tú primero,- dijo la Lois alternativa.

-Bien. Clark es un alienígena. Aunque esté muerto, de algún modo descubrirían que no era humano. Pero no podrían estudiar un cuerpo kriptoniano vivo,- explicó Lois, -a menos…-

-…que hubiera alguien como él o muy parecido a él,- continuó la otra Lois. -Y sin más kriptonianos de pura raza en la Tierra, ¿habría algo mejor que sus hijas adolescentes?- Miró a las chicas. -Habríais sido encerradas en un laboratorio, y no hubierais tenido descendencia y el camino a Utopía habría desaparecido…- su voz terminó como un susurro.

Lara y Ellie se asustaron. Por un minuto imaginaron lo que hubiera sido su vida si Superman no hubiera detenido las balas y le daban las gracias por salvar a su padre y darles la vida que de otra forma les habrían arrebatado. -Gracias,- dijeron Lara y Ellie al Clark del universo paralelo; -gracias por ayudarnos.-

-¡Hey! No podría haberlo hecho sin vuestra ayuda,- replicó Clark a las chicas. -Fue una buena idea.- se volvió hacia Clark. -¿Dónde está su madre?-

Lois lo miró sorprendida. -¡Aquí!- Clark quedó más sorprendido si cabe. -Yo soy su madre.-

-¿Cómo…?- Fue lo único que Clark fue capaz de decir.

-Vamos granjero,- su Lois le miró, -estoy segura de que sabes cómo; la pregunta es cuándo.-

-Quince años más o menos,- respondió Lara.

-Eres afortunado. Sólo he estado seis años con ella, los dos primeros como compañeros, otro como pareja y el resto casados,- explicó Clark.

-¿Estáis casados?- La Lois de éste universo preguntó incrédula.

-¿Vosotros no?- La otra pareja replicó. -Pero os conocéis desde hace quince años y…-

-Es una larga historia,- interrumpió Ellie, -y el Sr. Wells tiene pinta de estarse impacientando. Lo más fácil será decir que se conocieron hace quince años, pasó lo que tuvo que pasar para que estemos nosotras aquí y no han estado juntos hasta hace una semana.-

-Cada universo es diferente, señor Kent, señorita Lane,- comentó Wells. -Creo que es hora de irnos.-

-Una pregunta más,- la Lois de pelo largo intervino y se dirigió a Clark, -Pensaste que ellas,- señalando a sus hijas, — podrían haber sido kriptonianas. ¿Hay más en la Tierra?-

-No lo creo. En mi universo, al menos no. Pero allí existe una colonia de Kripton que sobrevivió, Nuevo Kripton,- el Clark del otro universo dijo. -Los universos son diferentes, Lois. Puede ser que si existen no vengan.-

-Nuestra tarea aquí está acabada. Sr. Kent, Srta. Lane, Lara, Ellie, adiós,- dijo Wells al tiempo que habría una ventana por la que entraron Lois, Clark y el propio Wells, desapareciendo de la habitación.

-Han desaparecido,- comentó Lara; -han vuelto a su universo.-

-Sí,- dijo Lois. -Mi vida no era tranquila, Clark, pero desde que te he vuelto a encontrar, he visto a un hombre que vuela y mis dobles de otra dimensión. ¿Qué será lo próximo?-

***

Miércoles

Lara entró tímidamente en la nueva clase y sabía que sería un poco duro adaptarse. Era una chica del campo en la gran ciudad, pero esperaba encajar rápido en clase. Su hermana y Billy estaban en este mismo grupo también y ambos la ayudarían a integrarse.

-Este año tenéis una nueva compañera. ¿Puedes presentarte?- Dijo la profesora.

-Por supuesto, Srta. Fine,- dijo Lara, de pie enfrente del resto de la clase. -Mi nombre es Lara Kent-Lane y soy de Smallville, Kansas.-

-Lara Kent-Lane…- comentó la profesora, -he leído ese nombre no hace mucho…- Tenía un ejemplar del Daily Planet en su pupitre. Leyó distraídamente y dijo, -Tal vez es una coincidencia.-

-No, no es una coincidencia; yo escribí ese artículo. Algunas partes son mías y otras de mi madre,- explicó Lara. -No pregunte. Fue una solución de emergencia. Ellie y yo estábamos ayer en el Planet y estaban en un aprieto. Fuimos realmente afortunadas de que al editor le gustara el texto, si no…- No quería imaginar la bronca que le habría caído a su madre.

-Escribiste esto,- la señorita Fine señaló al artículo y leyendo la cabecera, -¿Lois Lane es tu madre?-

-Sí.-

La profesora miró a Ellie, y a Lara nuevamente. -Supongo que hay una historia interesante que tú y tu hermana podríais contarnos, pero se está haciendo tarde. Siéntate allí, al lado de tu hermana.-

A lo largo del día, la revelación de que Ellie y Lara habían estado en el Daily Planet el día anterior se propagó como la pólvora por la escuela. Las chicas parecían las más interesadas en sus correrías, especialmente porque habían visto a Superman. No dejaban de preguntar si era tan guapo como en las fotos, y Lara y Ellie no sabían que contar. Aunque el que había estado el día antes en el Planet no era exactamente su padre, no podían describirlo de esa forma y era una situación embarazosa de la que decidieron salir con la excusa de que no habían sido capaces de verle bien porque todo había ocurrido muy rápido. Pero Superman no era la única razón por la que había chismes sobre ellas en la escuela. A la hora de la comida era obvio que la recién llegada de Smallville era más que la hermana de Ellie para Billy. Cuando Billy, Lara y Ellie entraron en el comedor, se hizo el silencio, y no sabían de que iba aquello exactamente. La mayoría de la gente pensaba que Ellie y Billy acabarían como pareja, razón por la cual ninguna chica había intentado nada el año anterior con Billy y por el mismo motivo ningun chico con Ellie. Ahora parecía que Lara se había metido en medio y engañaba a su hermana con Billy.

-¡¿Qué?!- Gritó Ellie cuando se dio cuenta del silencio. — Parece que hayáis visto a un fantasma.- Nadie contestó. -¿Hay algo que queráis compartir con nosotros?-

-Vamos,- dijo Billy, -conocemos este silencio. Significa que algo pasa con nosotros tres,- miró a Lara y vio que se sentía incómoda siendo el centro de atención.

-Sabes muy bien lo que está pasando,- una voz sin identificar gritó.

Lara, aunque incómoda, pensaba. Había visto miradas extrañas todo el día cuando estaba con Billy y, sobre todo, cuando Ellie no estaba con ellos. Al principio, lo relacionó con ser la chica nueva, pero ahora sus pensamientos se dirigían hacia otra dirección. <Ellie me dijo que Billy no le gustaba de ese modo, que era un buen amigo, pero nada más; pero la gente podría estar pensando que sí había algo entre ellos y ahora ¡estamos engañándola! Sólo hay una manera de saberlo. > Se acercó a Billy, lo giró hacia ella y comenzó a besarlo, sintiendo su sorpresa al principio, pero rápidamente comenzó a devolver el beso.

Los sonidos de admiración inundaron el comedor y Ellie se quedó quieta, observando como ambos se besaban. Rompieron el beso y vieron caras de sorpresa, y a Ellie que estaba bastante tranquila. -¿No podéis comportaros en público, chicos?- Bromeó Ellie.

-¿Lo sabías?- Una de las chicas que estaba sentada cerca de ella acertó a decir.

Ellie la miró sorprendida, -¿Intentas decirme que creíais que me estaban engañando?-

La chica asintió.

-Chica, nunca he estado interesada en él de ese modo,- dijo Ellie, -y espero que no fuera esa la razón de que nadie me pidiera una cita el año pasado.- En ese momento algunos de los chicos se sonrojaron. -Este va a ser un año interesante.- <Después de esto, creo que todo es posible… seguramente cuando lleguemos a casa mamá y papá se habrán fugado para casarse… >

***

Lois y Clark estaban en el Planet y, después de otro golpe editorial con la captura de Trask, Perry les había dado la tarde libre. Clark había estado escribiendo acerca de los diversos aparatos y dispositivos que Henderson y sus chicos habían encontrado en el almacén del Departamento-39, entre ellos, su nave. Aunque Henderson había declinado comentar nada a la prensa hasta que hablara con Superman, los rumores sobre ella eran bastantes. De todas formas ya hablaría con el policía cuando sus poderes hubieran regresado. Lois se aprovechó de ello y sabiendo que no podía seguirla, decidió sorprenderle, para lo cual hizo una visita a una joyería, en donde compró dos anillos de boda. Sabía que quería casarse con él y ahora esperaba que sus poderes regresaran para preguntarle si podían volar hasta las Vegas y casarse. Cuando regresó de su pequeña excursión, Clark había terminado su trabajo.

Levantando la vista para ver a su compañera, Clark dijo, -He acabado, podemos irnos.- Observó a Lois, pensando que algo estaba tramando; había estado muy rara toda la mañana.

-Vamos, compañero; yo invito,- respondió Lois sonriendo. Clark se levantó y ambos se dirigieron hacia la salida, subiendo la rampa y esperaron hasta que las puertas del ascensor se abrieron para que pudieran entrar. <Bien, estamos solos. > Era el momento, -Clark, ¿han vuelto tus poderes?-

-Sí, acaban de regresar hace un poco,- comenzando a flotar. — Soy súper de nuevo,- dijo sonriéndole.

Esto hizo que una sonrisa se dibujara en la cara de Lois. — Fantástico, Clark. Me gustaría preguntarte algo,- dijo Lois tímidamente.

-Eh,- Clark empezó a preocuparse.

Observando su cara, le dijo, tranquilizándolo, -No es nada malo. Me gustaría saber si puedes llevarnos a un sitio después de comer,- Lois desvió la mirada de Clark.

-¿Dónde?- Preguntó

Metiendo la mano en el bolso, sacó una cajita, abriéndola para mostrar los dos anillos que contenía. -Las Vegas,- dijo. Se lanzó sobre él y, pasando sus brazos alrededor del cuello de Clark, le besó. -Te quiero, estoy totalmente enamorada de ti, y quiero pasar el resto de mi vida contigo,- dijo besándole de nuevo. En este momento las puertas del ascensor se abrieron rompiendo el mágico momento y revelando a Lane y Kent en algo más que una conversación de amigos. Lois y Clark se fijaron en la gente que esperaba al ascensor y les observaba, abandonando el ascensor realmente ruborizados.

Saliendo del edificio del Daily Planet estaban sin palabras, pero Clark más porque no se esperaba la pregunta. No quería negarse porque amaba a Lois. Parecían una familia la mayor parte del tiempo, pero él y Lara vivían en un apartamento y Lois y Ellie en otro. Algunos días cenaban en el suyo, otro desayuno en el de ella. Quería vivir con ella y sus dos hijas en una misma casa.

Llegaron al pequeño restaurante que habían elegido previamente para comer. Después de sentarse en la mesa que el camarero decidió asignarles, encargando la comida, Clark habló por primera vez en un buen rato, -Lois, te quiero. Y,- susurrando, -volaremos hasta Las Vegas después de comer.- Observando la sonrisa que se formó en el rostro de su prometida, y la pequeña lágrima que se deslizó por su mejilla, Clark agarró la mano de Lois. Ambos se levantaron y cruzaron un beso por encima de la mesa. Cuando ambos se sentaron de nuevo, el camarero trajo la comida.

-¿Qué pensarán Lara y Ellie?- Preguntó Lois.

-Probablemente estarán sorprendidas, pero creo que también contentas,- replicó Clark.

-Por fin seremos una familia. Ahora tendremos que buscar una casa para los cuatro. Estos días no han sido buenos para ellas; aunque hayan pasado bastante tiempo juntas, no parecían tan felices como los días que pasasteis en mi piso,- explicó Lois.

-Esa es otra razón. Las chicas nos necesitan a ambos. Quiero estar con Ellie cuando tiene una pesadilla o cuando no pueda resolver un problema de matemáticas,- dijo Clark a Lois.

-Y nosotros nos necesitamos el uno al otro,- añadió Lois, y mirando a Clark, soltó, -¡Tus padres! ¿Qué pensarán? ¿Se enfadarán?-

-¿Mis padres enfadados?- Se rió Clark, -El lunes me preguntaron cuándo te iba a pedir que te casaras conmigo.-

-¿De verdad?-

-De verdad. Les gustas mucho,- aclaró Clark. -¿Qué hay de tus padres?-

-Estoy segura de que será mejor casarse antes de que te los presente,- comentó Lois con preocupación. -No quiero asustarte.-

-Vamos, Cariño, no pueden ser tan malos,- replicó Clark sorprendido.

-Peor de lo que piensas, ya lo verás,- le dijo Lois.

Terminaron de comer y Clark pagó la comida y dejaron el restaurante, buscando un callejón desierto, en el que Clark pudiera transformarse en Superman para poder volar a Las Vegas.

El vuelo fue bastante rápido, aterrizando cerca de una de las múltiples capillas para bodas que había en la ciudad del juego. En ese momento, Clark dijo a Lois, -Entra y vete preparándolo todo, volveré enseguida,- y despegó de nuevo.

Lois caminó hacia el interior de la capilla. Estaba fugándose para casarse; cuando su madre se enterase se pondría frenética. Habló con la mujer de recepción, que le explicó que tendrían que esperar un poco. No sabía lo que querría Clark, pero eligió una boda clásica. Lois comenzó a impacientarse. <¿Dónde habrá ido? > Habían pasado diez minutos cuando Clark reapareció. — ¿Dónde estabas?- Inquirió Lois.

-Lo siento, me ha llevado más de lo que pensé,- se disculpó Clark sin decir nada; quería sorprenderla.

-¿El qué?-

-Después de la boda,- añadió Clark. Oyó, -Clark Kent y Lois Lane,- entrando posteriormente en la capilla.

No les llevó más de diez minutos casarse, saliendo a la calle.

-Lois, querría entregarte algo,- dijo al tiempo que metía la mano en el bolsillo de sus pantalones, y abriendo su mano mostró un anillo de oro, con un diamante engarzado en él.

-Clark, es… es… ¡Uau!- Lois no sabía que decir. -¿Dónde lo compraste? Y tiene que ser realmente caro. No tenías…-

-Eso es por lo que me llevó tanto tiempo: no lo compré. -Viendo la cara de sorpresa de su esposa, se apresuró a explicar, -No, Lois, no lo robé; lo fabriqué.-

-¿Lo fabricaste?- Ahora estaba anonadada. -¿Cómo?-

-Encontré una mena de oro y otra de diamantes. El anillo en sí fue fácil de diseñar, pero tuve que leer acerca de tallado de diamantes; eso sí, el experto de Ámsterdam me dijo que era uno de los mejores que había visto,- dijo un poco colorado. — Además, he hecho unas inscripciones.- Mostrándole la parte interior del anillo, leyeron 'Clark ama a Lois'. Volviendo el anillo, mostró la parte que quedaba debajo del diamante, en donde Clark había dibujado el escudo de la casa de El. Clark dijo, -Eso indica que ahora tú eres la Primera Dama de la Casa de El. No te lo pude dar antes, pero éste será tu anillo de compromiso,- dijo Clark poniéndole el anillo en su dedo índice al lado de la alianza de boda.

-Clark, es un honor pero… ¿puedes callar y besarme?- Ordenó Lois a su marido.

-Sus deseos son órdenes para mí, señora,- comentó Clark, besándola.

Lois rompió el beso y dijo, -Cuando quieras nos vamos a casa.-

-¿La tuya o la mía?-

-La tuya,- replicó Lois, -Lucy puede estar en la mía.-

-¿Y las chicas?-

-Todavía estarán en clase; tenemos tiempo de sobra,- sonrió Lois. Sabía lo que quería y lo quería ya.

***

-Ven Billy, los tengo en casa,- dijo Lara, según ambos y Ellie se aproximaban al apartamento donde Lara vivía con su padre. Sacando las llaves de la bolsa, abrió la puerta y pudieron ver una habitación que era un verdadero caos.

-Parece que habéis tenido algunos visitantes,- comentó Billy. Entraron en la habitación que estaba totalmente desordenada, pero a primera vista no parecía que faltara nada. Al menos el ordenador estaba allí. -¿Qué buscarían?-

-No lo sé,- replicó Lara. -Vamos a…- Se calló, y oyó risas provenientes de una de las habitaciones. -¿Habéis oído?-

-¿Dónde se creen que están? ¿En la suite nupcial del Lexor?- Una furiosa Lara dijo mientras caminaba a largas zancadas hacia la puerta de la habitación de su padre. Abrió la puerta, diciendo, -¿Pasándolo bien?-

Lois y Clark, al otro lado de la puerta, estaban sorprendidos cuando vieron la puerta abrirse y la vergüenza creció cuando se dieron cuenta de que sus hijas y Billy estaban en la puerta, y no se podía decir que ellos estuvieran muy presentables, ya que ambos estaban desnudos y Lois encima de Clark buscándole las cosquillas. Lara cerró la puerta lo más rápidamente posible, pero Clark, preocupado por la reacción de su hija, no se fijó que Lois estaba sobre él y, al levantarse, Lois rodó hasta el suelo.

-¡Hey!- Acusó Lois a su marido.

-Perdón, yo…- Clark intentó disculparse.

-Sí, yo también. Lo mejor será que nos pongamos algo encima…- dijo Lois a Clark al levantarse del suelo.

Fuera de la habitación, las chicas y Billy estaban realmente sonrojados. Ellie comentó a Billy, -Quita esa sonrisa de tu cara.-

-¡Hey! Soy joven, pero soy un hombre,- replicó Billy. -Y sabes que siempre he estado un poco colado por tu madre.- Craso error, la mirada de Lara denotaba un enfado bastante grande.

-¿Nos estás diciendo que te gustó lo que viste?- Preguntó Lara.

<Billy, acabas de meter la pata. > -Eh… bueno. Yo… Bien, tu madre no es una madre típica, es mucho más joven, muy guapa, como tú, y…- Se le acababan las palabras a Billy, pero tuvo suerte porque en aquel momento la puerta se abrió y Lois y Clark aparecieron vestidos con dos batas.

-Podíais habernos advertido,- dijo Lara secamente a su padre.

-No os esperábamos,- replicó Clark.

-No nos ibais a decir nada. Suerte que os hemos pillado desnudos para descubrirlo y no podáis ocultárnoslo,- acusó Lara.

-Íbamos a decíroslo, y no es la primera vez que me ves desnudo, recuerdas aquella vez…- comenzó Clark, pero Lara lo cortó.

-Sí, lo recuerdo. Fue toda una impresión, pero hay una GRAN diferencia entre ver accidentalmente a tu padre duchándose y tus padres haciendo el amor,- espetó Lara, bastante enfadada todavía.

-En realidad,- Lois entró en la conversación, -no estábamos haciendo el amor, en este momento.- Lois vio la expresión de sorpresa de sus hijas, y Ellie iba a decir algo, pero Lois levantó su mano y la niña esperó. -Hemos estado haciendo el amor, eso es cierto, pero cuando abristeis la puerta buscaba sitios donde Clark tiene cosquillas.-

Lara y Ellie arquearon sus cejas de modo dubitativo, ponderando que sus padres eran honestos y les habían dicho la verdad. Inesperadamente, Ellie recibió un destello proveniente de la mano de Lois. <No es posible que… > Corrió hacia su madre y agarró la mano, viendo el anillo. -¡Uau!- Fue lo único que fue capaz de decir.

Lara entendió lo que significaba. -¿Os habéis casado?- Sus padres asintieron. Ella caminó en su dirección y comenzó a llorar de felicidad según se abrazaban.

-Shhh, Cariño. Hablaremos de esto más tarde,- Lois les dijo. — Podéis ir a casa y esperarnos. Iremos pronto, y tenemos que hablar con Lucy.- Lara rompió el abrazo y Lois la oyó decir, — Esta bien, te quiero mamá.- Ellie y Lara besaron a sus padres y salieron.

Billy todavía seguía allí; había estado observando toda la escena, y dijo, -Felicidades, señor y señora Kent,- y se dio la vuelta para irse.

-Billy,- oyó decir a Lois y se volvió.

-¿Sí?-

-Si me vuelves a llamar señora Kent de nuevo, no volverás a ver a mi hija por el resto de tu vida,- Lois amenazó medio en broma medio en serio a Billy, -¿Lo has comprendido?-

-Sí.- Billy salió de allí un poco asustado. No cometería ese fallo de nuevo; Lois era capaz de cumplir la amenaza.

***

Ahora Lara estaba muy contenta, una vez desaparecida la impresión inicial. Billy había vuelto a casa, y ella y Ellie esperaban a sus padres, que entraron en el apartamento agarrados de la mano y sonriendo. Lara vio claramente que sus padres eran felices.

-Veo que estáis listos,- comenzó Lara. -Ah, antes de que me olvide, tía Lucy telefoneó hace un poco y dijo que tenía que decirnos algo importante.- En ese instante Ellie se unió a ellos y todos se dirigieron al salón.

-Mamá, papá, siento mi reacción de antes…- dijo Lara tímidamente, mirando al suelo.

-No pasa nada cariño,- replicó Lois. -Fue una impresión, y tal vez tuvieras algo de razón,- explicó, -podíamos haberos dicho algo. Pero…-

-Si mamá, normalmente te tiras a la piscina sin mirar el nivel del agua,- bromeó Ellie.

-Bueno, supongo que necesitaréis algo de intimidad,- sonrió Lara. — Creo que podéis ir al otro apartamento y yo dormiré en tu cama, mamá.-

-Buena idea,- respondió Clark, cuando oyeron la puerta abrirse y voces. Segundos después Lucy y Jimmy entraban en el salón.

-Hola,- dijeron Jimmy y Lucy. Los otros hicieron un gesto de saludo con la mano, -¿Nos Estabais esperando?-

-No, hemos estado hablando de algunas cosas,- comentó Lois. — ¿Qué es eso tan importante que querías contarnos?-

Lucy sonrió y miró a Jimmy, que le devolvió la sonrisa y la mirada, agarrados de la mano. -Jimmy me ha pedido que me case con él,- Lucy soltó la bomba, -y le he contestado que sí.-

Lois estaba sorprendida; ella pensaba que sería ella la que dejara caer la bomba, pero su hermana se le había adelantado. — ¿De verdad? ¿Estás segura?-

-Sí. Estoy segura,- contestó Lucy, esperando que su hermana le dijese que estaba cometiendo un error, pero Lois se lo estaba tomando muy bien. -En realidad, estábamos pensando en volar a Las Vegas lo antes posible. Antes de que se entere mamá.-

-Es una buena idea, Lucy,- dijo Lois según se levantaba y abrazaba a su hermana. Seguidamente hizo lo mismo con Jimmy y le dijo, -Cuida de ella, de otro modo…-

-Hey, tu me conoces, cuidaré de ella,- Jimmy replicó.

-Tengo una idea,- dijo Lara. -Papá, por qué no los llevas a ellos y a mamá hasta Las Vegas, y después cenamos todos juntos. Dos bodas el mismo día… no era algo que hubiéramos planeado cuando montamos este lío…- Lara se dio cuenta de que se había ido de la lengua y Lucy sumó dos más dos.

-¿Dos bodas? ¿quieres decir que…?- Lucy miró la mano izquierda de Lois. -¿Estáis casados?- Abrazó a su hermana efusivamente. -Hermanita, estoy contenta por ti.-

Lois rompió el abrazo de su hermana y volviendo a lo que Lara había dicho, preguntó a su hija, -¿Qué has querido decir con 'montamos este lío'?- La mirada en los ojos de su madre indicaba que era mejor no mentir.

-¿Creíais que nos intercambiamos sólo para conoceros?- Preguntó Lara, no dejando a sus padres contestar. -Esa fue la idea original. Después de eso, empezamos a pensar que pasaría si os veíais de nuevo cuando nos intercambiarais.-

Entonces Ellie dijo, -Me sorprendí mucho cuando papá me dijo que iba a intentar conseguir el trabajo en el Daily Planet. Eso hizo vuestro encuentro más sencillo, aunque no de la forma que habíamos previsto.-

-Así que esto es lo que estabais buscando,- dijo Lois mostrando su anillo.

-Por supuesto,- contestó Lara. -Sabíamos que estabais cazados cuando besaste a papá en la cocina el otro día.-

-Una buena trampa para padres,- intervino Jimmy que, junto con Lucy, se estaba divirtiendo con sus futuras sobrinas. Lois y Clark le echaron una mirada inquisitoria. -Es divertido, ¿no? Los dos mejores periodistas del Daily Planet liados por un par de mocosas.-

-Tío Jimmy, no somos mocosas, y se está haciendo tarde y tenéis que ir a Las Vegas,- replicó Ellie. -Mientras estáis allí, Lara y yo buscaremos un sitio para cenar.-

-Es un buen plan,- Lois coincidió con las chicas. -Y Lucy, tenemos que pensar en como vamos a decirle a mamá que nos hemos casado.-

-Hermanita, ¿crees que voy a decirle algo?- Contestó Lucy. — Mejor si se entera ella solita. Clark,- Lucy se volvió hacia su nuevo cuñado, y tirándose en sus brazos dijo, -La novia primero.-

***

Jueves

El sonido del teléfono despertó a Lois. Reaccionaba lentamente a unos alrededores que no le eran familiares, pero recordó. Se giró y vio el cuerpo desnudo de Clark, su marido. El teléfono seguía sonando y, alargando su brazo alcanzó el auricular. Lo acercó a sí y dijo con una voz que sonaba dormida, -¿Sí?-

-¿Lois? ¿Qué haces en casa de Clark a estas horas? ¿Y por qué pareces todavía dormida?- Una voz de mujer preguntó. Estaba claro que la mujer no la esperaba aquí.

-Es temprano. Todavía estamos durmiendo. ¿Quién es usted y que quería?- Replicó Lois despertando despacio.

-¿Estabais durmiendo juntos?- La voz se estaba poniendo más impaciente y un poco enfadada.

-Hey, eso es lo que se supone hacen las parejas casadas, además de otras cosas,- Lois sonrió, recordando las otras cosas que Clark y ella habían estado haciendo durante la noche.

-¡Casados! ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Cómo?- La extraña pregunto, incrédula.

-Creo que eso no es asunto suyo,- replicó Lois.

-¡Lois! ¿Te casas con MI hijo y no es asunto mio?-

Ahora Lois estaba segura de quien estaba al otro lado de la línea. — ¡Martha! Dios mío, lo siento, no reconocí tu voz; todavía estoy un poco dormida,- se disculpó Lois. <La manera perfecta de decirle a tu nueva suegra que te has fugado. > Lois dio un golpecito a su marido, que se estaba despertando. — Clarkie, cariño, tu madre está al teléfono,- dijo Lois con una voz dulce.

-Mmmm,- Clark estaba todavía soñando, pero de repente entendió lo que Lois había dicho. -¡Mi madre!- Dijo agarrando el teléfono rápidamente, -Hola, mamá.-

Lois salió de la cama, y se puso una bata. Prefería dejar a su marido que tratase con su madre. Dejó la habitación, pero seguía escuchando las explicaciones que Clark estaba dando. Su paseo terminó en el salón, que era muy parecido al suyo. Allí, Clark tenía su ordenador. <Puedo descubrir cosas interesantes acerca de mi nuevo marido. > Encendió el ordenador y los mensajes habituales de arranque aparecieron en el monitor y el sistema operativo comenzó a cargarse. El clásico escritorio de Windows apareció en la pantalla. Lois se sentó y con el ratón hizo clic en el menú de inicio. <Vamos a ver que programas tiene por aquí. > El menú de programas se deslizó y le echó una mirada. <Los programas clásicos: Office 98, algunos juegos, Need for Speed III y Colin McRae. Parece que le gustan los juegos de coches. Civilization II. ¿Aprendiendo estrategia para dominar la Tierra, chico volador? > Dejó el menú e hizo clic en el acceso directo a Mis Documentos, en donde había dos carpetas llamadas Clark y Lara, eligiendo la primera. Había un montón de archivos, no muy largos; los nombres podrían corresponder a artículos. Había una carpeta más, de nombre KC, y entró en ella. Allí había menos archivos pero eran más largos, mucho mayores. <Reconozco estos títulos, excepto este. > Tenía una idea de lo que podía ser, así que decidió abrir el título que no conocía. Pero el documento no se abrió, preguntando por una contraseña, obligando a Lois a pensar. <Uhmmm… Intentaré. > Tecleó Lois Lane. Contraseña equivocada. <No, espera… no sabía mi nombre hasta hace unos días. > Esta vez escribió Louise Line. Contraseña correcta. Word arrancó y mostró el documento. <Conozco tu juego, mi granjero. >

Comenzó a leer el documento. <Parecía una novela, y conocía aquel estilo. Pero a medida que bajaba en el documento se daba cuenta de que no lo había leído, sería él… > -Oh,- gritó sorprendida por la revelación y por una mano en su hombro.

-Buenos días, cariño,- le besó la mejilla, -Veo que has descubierto mi otro secreto.-

-¿Por qué no me dijiste que eras Kyle Connors?- Cuestionó Lois.

-Iba a ser una sorpresa. Lara me dijo que te gustaban todos sus libros e iba a regalarte la primera copia dedicada de este,- explicó Clark, según envolvía a Lois con sus brazos.

-Ahora entiendo como pudiste permitirte este apartamento sin pedir a Perry un adelanto,- le dijo Lois. -Lo que no entiendo es como acabasteis en el Apollo Hotel.-

-No preguntes,- comenzó Clark. -No puedo negar que tengo algo de dinero de sobra, y eso me permite a mí y a mis padres vivir sin relativos problemas con la granja y gastos médicos. Y dono a caridad,- dijo Clark.

-Eres todo un boy-scout,- dijo Lois, sonriendo.

-¿Qué opinas?- Clark apuntó a la pantalla.

-He leído poco,- replicó Lois. -De todas formas, el mercado espera con impaciencia un nuevo libro y creo que será un nuevo bestseller.- Hizo una pausa. Recordaba algo de un tiempo atrás. -Hay una cosa que me acaba de volver a la mente. Un día estaba leyendo uno de tus libros y Ellie me dijo que parecía que estaba soñando despierta. Le repliqué que podría enamorarme de Kyle Connors.-

-En realidad, si no me equivoco, has hecho algo más que enamorarte de Kyle Connors,- añadió Clark, riendo. De repente puso la mirada perdida, como pensando, -Eso es. El otro día en Smallville encontré a Ellie y a mi madre riéndose. Estaban al lado de una copia impresa de la novela. Ellie probablemente se dio cuenta de quien era y se acordó de eso, se lo dijo a su abuela y se estuvieron divirtiendo a tu costa,- explicó.

-Hablando de eso, tenemos otra hija,- se volvió hacia el ordenador. — Me gustaría saber que tiene nuestra hija aquí,- entrando en el directorio de Lara.

-Ese es su diario,- dijo señalando un archivo grande. -Ni lo intentes. Ni siquiera yo soy capaz de abrirlo; tiene cinco contraseñas,- aseguró Clark.

-¿Cinco?- Lois movió su cabeza. -¿Qué tiene dentro? ¿Secretos de NIA?- Bromeó y buscó otro archivo, -Abriré este.- Cuando el documento se abrió, reveló una nueva novela. Lois reconoció la autoría. -¿Es Katherine Love? A Ellie le encantan sus libros. Ahora entiendo porque estabas tan relajado el otro día. Pero fue peligroso; no es lo mismo escribir libros para niños que artículos para un periódico.-

-Ha escrito para el periódico de la escuela y para la Gaceta de Smallville,- añadió Clark.

-¿Estás poniendo a la Gaceta de Smallville al mismo nivel que el Daily Planet?- Lois pregunto pícaramente. -Será mejor que Perry no se entere de que has dicho eso.- Lo estaba mirando sonriendo. -Debemos arreglarnos,- dijo Lois apagando el ordenador.

***

El ascensor abrió sus puertas y reveló a dos parejas. Lois y Lucy Lane entraron en la redacción con sus nuevos maridos. No mostraban ningún signo de la relación que había entre ellos excepto los anillos que llevaban. Querían decírselo a Perry antes de hacer un anuncio general. Los cuatro entraron directamente en la oficina de Perry.

-Jefe, ¿tiene un minuto?- Preguntó Lois. -Nos gustaría hablar con usted.-

Perry, levantando sus ojos de lo que estaba leyendo y mirando a las dos parejas, dijo, -Buenos días, chicos, ¿qué puedo hacer por vosotros?-

-Jefe, queríamos decirle que ayer…- Lois no sabía como continuar.

-¿Os fugasteis?- Perry completó la frase. -Ya era hora, chica. Felicidades, Lois, Clark.-

-No fueron los únicos,- intervino Jimmy.

-¿Vosotros también?- Esta vez Perry estaba un poco sorprendido. -Me alegro por vosotros,- se paró y apuntó a las dos mujeres, — Pero no quiero estar cerca vuestra madre cuando se entere…-

-Estamos todavía pensando cómo queremos que se entere…- dijo Lois; era un gran problema.

-¿Haréis un anuncio general?- Preguntó Perry, -Yo no diré nada si no queréis.-

-Todavía no,- comentó Lois.

-Bien. Y ahora si preferís iros a casa…- sugirió Perry, mostrando una sonrisa de pícaro.

-Ehhh, eso estaría bien Jefe, pero necesitaremos algo de tiempo libre cuando tengamos que hacer la mudanza… de nuevo,- dijo Clark echando la mirada hacia atrás antes de mirar a Lois.

-Lucy terminó sus vacaciones el domingo, hoy tiene que trabajar, así que no me importa trabajar…- explicó Jimmy mirando a su mujer.

-Si habéis venido a trabajar, ¿qué estáis haciendo aquí todavía?- Gritó Perry, -Esto no es la Gaceta de Poukesville.-

Lois, Clark y Jimmy salieron riéndose de la oficina acompañando a una asustada Lucy, que besó rápidamente a su marido y se dirigió hacia los ascensores.

Dos horas después Jimmy Olsen estaba agotado, pagando las consecuencias de una noche en la que no había dormido mucho… aunque no se quejaba de lo que había sustituido al sueño. En ese momento estaba en el medio de la redacción, cuando vio a Cat Grant venir a saludarle.

-Hey, Cat, ¿qué tal las vacaciones?- Jimmy preguntó.

-Cortas. La próxima vez pediré al jefe un mes en vez de dos semanas,- dijo la columnista de cotilleos. Cat vio una cara nueva en la redacción. Clark estaba en su mesa, leyendo un papel. -Eh, ¿quién es el recién llegado?- Y caminando hacia la mesa de Clark sin escuchar a Jimmy, -Cat, yo…-

-No te he visto antes. ¿Eres nuevo?- Cat dijo y Clark levantó sus ojos. -Soy Catherine Grant, Cat.-

Clark se levantó para presentarse apropiadamente, -Soy Clark Kent,- dijo agarrando su mano.

Cat deslizó su mano por el pecho de Clark y agarró la corbata. -Si estás sólo, puedo hacerte compañía esta noche,- propuso Cat. Antes de que Clark pudiera replicar, le besó en los labios. Rompió el beso y dejó a Clark preguntándose que demonios había pasado y rezando para que Lois no hubiera visto eso. Pero toda la redacción lo había visto, y los rumores correrían muy rápido.

Lois vio la escenita que Cat había hecho, lo cual la enfadó bastante, pero pensó que se podría divertir y vengarse al mismo tiempo, y caminó hasta su lado.

-Hola, Cat, ¿cazando de nuevo?-

-Sí, Lois, ¿Celosa?- Replicó Cat.

-No, no especialmente. Pero creo que no le gustó tu beso,- comentó Lois distraída, lanzando el cebo para el pez.

-¿Lo podrías hacer mejor?- Desafió Cat.

-Probablemente,- djo Lois. Vio a Jimmy intentar meterse, pero le echó una mirada de aviso y decidió no decir nada.

-¿Quieres apostar?-

Lois la miró. Cat estaba muy segura de sí misma y no sospechaba nada. -Esta bien. Veinte a que le derrito con un beso,- ofreció Lois, que vio como la otra mujer buscaba en su bolso y mostraba un billete de veinte dólares. Lois dejó a Cat y caminó hacia Clark, todavía un poco perdido por lo de antes.

Clark observó a Lois acercarse con una sonrisa maligna en su cara. — Lois, te juro que…- No pudo terminar la frase, y oyó a Lois decir, — Calla y bésame.- Puso sus dos manos en los carrillos, agarrando su cabeza y le besó. El beso era completamente diferente al que Cat le había dado previamente, se parecía más bien a los besos de los días previos. Cuando el beso terminó, se derritió tirándose en la silla; apenas podía distinguir a Lois volver a donde estaba Cat.

Lois era perfectamente consciente de que el secreto de su relación se había desvanecido, pero había merecido la pena. La Reina de Hielo derritiendo a un hombre con un beso en medio de la redacción y la cara de Cat lo decía todo. Agarró el billete y continuó caminando. De repente, se volvió y dijo a Cat, -Ah, una cosa más Cat. Ni se te ocurra intentarlo de nuevo con MI marido,- mostrando el anillo de su mano izquierda.

-¿Marido?- Cat preguntó, sorprendida.

-Traté de avisarte, pero…- comentó Jimmy en su defensa.

***

Las siguientes tres semanas transcurrieron realmente rápido. Superman hacía muchos rescates y la fama de Lane y Kent en el Planet se había disparado. Además, tuvieron que encontrar una casa nueva para vivir. Una vez que encontraron la apropiada, consiguieron de Perry unos días libres para hacer la mudanza, pero la mudanza tampoco fue muy agotadora. Lucy y Jimmy ofrecieron su ayuda; Lois les dijo que no era necesario, pero ellos insistieron. Lois y las chicas habían ayudado a Lucy a mudarse a casa de Jimmy. Cuando llegó el día, Lucy y Jimmy entendieron porque no necesitaban su ayuda. Pero aún había un problema: Lois y Lucy no habían dicho todavía a sus padres que se habían casado. Intentando evitar una discusión, Lois no les invitó a la fiesta que ella y Clark dieron en su nueva casa en el último día de minivacaciones. Los padres de Clark volaron desde Smallville, Jimmy y Lucy estaban allí también y Lara invitó a Billy. Perry y, sorprendentemente, Cat eran los únicos invitados del Planet. Después del intento de Cat con Clark, y después que se recuperara de la sorpresa, Lois y Cat habían comenzado a llevarse relativamente bien. Era extraño, pero la invitó. Al menos era lo más parecido que tenía a una amiga en el Planet.

El timbre sonó cuando estaban en medio de la fiesta. -Yo iré,- dijo Lara, caminando hacia la puerta. Al abrirla encontró a una pareja, — Buenas, ¿querían algo?- Preguntó Lara curiosa a los dos extraños.

-¿Que qué queremos?- Se quejó Ellen Lane, -¿Es esa manera de saludar a tu abuela, Ellie? ¿Cómo a una desconocida?- Besó a la chica. — ¿Ves, Sam, cómo la educa tu hija?- Ellen Lane entró en la casa.

-Hola, cielo,- dijo Sam Lane a una anonadada Lara. Estos eran sus otros abuelos.

Lois supo que su madre había llegado cuando oyó sus quejas. -Oh no, madre.-

-Lois, ¿qué es esto? Tu teléfono no funciona y en el Planet me dijeron que esta es tu nueva dirección,- hablaba Ellen, observada por la gente de la fiesta. -¿Por qué es la fiesta y por qué no he sido invitada?-

-Ellen…- dijo Sam, intentando calmar a su ex-mujer.

-Madre,- comenzaron a decir Lois y Lucy, pero no fueron capaces de continuar. Tuvieron que abandonar la sala; estaban a punto de vomitar. -Lo siento,- fue lo único que fueron capaces de decir con sus manos en la boca y corriendo escaleras arriba.

-Si no hubiera visto a mamá hacer eso antes, yo diría que ella lo provocó,- bromeó Ellie, señalando a su sorprendida abuela, que pasó a estar anonadada cuando oyó a Lara decir, -Iré con ellas,- y vio a la chica subir por las escaleras. Después de que Lara desapareciera, un silencio incómodo se apoderó de la habitación, y los Lane tuvieron la sensación de que el resto de la gente sabía algo que ellos no.

Arriba, Lois y Lucy habían vomitado todo lo que habían comido previamente en la fiesta, y no sabían por qué. Cuando abrieron la puerta del baño, encontraron a Lara sonriendo.

-No hay nada divertido,- se quejó Lois.

-Sí. Me gustaría preguntaros algo,- dijo Lara. Las miradas de Lois y Lucy revelaron que permitían la pregunta que la niña iba a hacer. — ¿Habéis echado algo de menos en las tres últimas semanas?-

-¿Echar de menos qué?- Lucy replicó.

Lois, en cambio, se puso a pensar; había tenido este problema antes… -¿Estas intentando decirnos que podemos estar…?-

-¿Por qué no?- Habló Lara. -Sólo hay una manera de saberlo. Esperad aquí,- ordenó a las otras mujeres y se dirigió a su habitación. Cuando regresó, traía en sus manos tres cajas.

-¿Son lo que creo que son?- Preguntó Lois con una mirada inquisitiva a su hija.

-Tienes la misma mirada que el farmacéutico puso cuando los compré,- bromeó Lara. -No te preocupes. Es para un proyecto de ciencias. Y voy a tener suerte; probablemente tendré dos tests positivos. Yo también haré el test, como contraste y para que te quedes tranquila.-

Esperaron un tiempo por los tests y, cuando estuvieron listos, los resultados fueron los previstos, dos positivos y uno negativo. Era obvio que estaban embarazadas. No sabían que pensar. Lara las abrazó, feliz. Iba a tener un hermanito.

Lois y Lucy bajaron las escaleras despacio, preocupadas por la reacción de sus maridos, y más preocupadas por la de uno de sus padres. En el salón la tensión se podía cortar con cuchillo.

Clark habló, -Lois, cariño, ¿estás bien?-

-Sí, más o menos,- contestó Lois, sin mirarle a los ojos.

-¿Lucy?- Jimmy preguntó también.

-Estamos embarazadas,- soltó Lois, cuanto más rápido, mejor.

-¿Qué?- Había sido Billy el que gritó. -¿Cuándo? ¿Cómo, Lara?-

Todos le miraron sorprendidos, y Lara habló, -Ellas, Billy, ellas,- apuntando a su madre y a su tía.

Lois y Lucy estaban todavía esperando la reacción de sus maridos, que aún estaban congelados. De repente, ambos se dirigieron a sus esposas, y, abrazándolas, las levantaron al aire.

-Te quiero, Lucy Lane Olsen,- Jimmy dijo a su esposa, besándola.

-Te quiero, Lois Lane Kent,- Clark dijo a la suya, haciendo lo mismo que Jimmy.

La voz de Ellen Lane vino a romper tan encantador momento, — ¿Podría alguien explicarme que está ocurriendo aquí?-

Epílogo

En el hospital, Lois y Lucy estaban en la misma habitación, acunando a sus bebés. Clark y Jimmy estaban a su lado. Ellen Lane preguntó, — ¿Habéis elegido ya nombres para mis nuevos nietos?-

-Sí, madre,- respondió Lois. -Este es Clark James Kent, CJ.-

-Y este es Samuel Clark Olsen,- añadió Lucy.

-Unos nombres fantásticos,- comentó Martha.

En este momento, una lágrima se deslizó por la mejilla de Lois y Clark la vio, y preguntó, -Cariño, ¿estás bien?-

-Sí, estaba recordando lo contenta que estaba cuando las niñas nacieron. Pero ahora es diferente. Aquella vez estaba sola, ahora no sólo estoy feliz por tener a mi hijo, soy feliz porque tú estás conmigo,- explicó Lois.

-Sí, Lois; esta vez es diferente,- se dio cuenta Clark. -Aquí hay gente que se preocupa por ti. Tus padres no son los mismos que hace quince años. Ahora tienes a tu hermana y las dos podréis compartir vuestras experiencias. Mis padres estarán aquí para ti. Lara y Ellie están deseando ayudarte con su hermanito. Y tu sabes que yo siempre estaré aquí para ti. Para siempre, estaremos juntos,- dijo Clark a Lois.

Clark la besó al tiempo que ella susurraba, -Juntos.-

Fin. The End. Das Ende.